La primera visita al ginecólogo tras la concepción suele ser la más larga de todas durante el embarazo. El médico te hará una serie de preguntas para redactar tu historial clínico. Mediante un examen físico establecerá la fecha probable del parto. Además, te pedirá una analítica completa de sangre y orina. La amniocentesis es la prueba más conocida que se realiza a la futura madre.
La primera visita tras la concepción suele ser la más larga. En esta ocasión, el ginecólogo realiza el historial médico y familiar de la mujer y un reconocimiento físico. También solicita análisis de orina y de sangre y calcula la fecha aproximada del parto.
- Preguntas más comunes
- Reconocimiento físico
- Análisis de sangre
- Análisis de orina
- Diagnóstico prenatal
La mujer debe tratar de responder al ginecólogo con la máxima precisión y sinceridad para que éste pueda identificar mejor los problemas potenciales en el embarazo y el parto. La información es absolutamente confidencial.
Su ginecólogo le hará algunas preguntas sobre…
- Ciclo menstrual: ¿a qué edad tuvo su primera regla? ¿durante cuántos días tiene la regla? ¿cuánto suele durar su ciclo menstrual? ¿cuál es la fecha de su última menstruación?
- Embarazos y partos anteriores: ¿es su primer embarazo? Si ya tiene hijos, ¿tuvo algún problema en sus embarazos anteriores? ¿cuáles? ¿cómo fueron sus partos anteriores? ¿Ha sufrido algún aborto? ¿ha tenido problemas para concebir?
- Historial médico: ¿sufre alguna enfermedad o alergia? ¿toma algún tipo de medicamento? ¿existe alguna enfermedad congénita en su familia? ¿y en la de su pareja? ¿ha sufrido alguna enfermedad grave? ¿qué enfermedades infantiles ha pasado?
- Embarazo actual: ¿qué síntomas nota? ¿cómo se encuentra? ¿fuma? ¿bebe alcohol? ¿consume algún tipo de droga o estupefaciente? ¿realiza algún tipo de deporte?
Tras completar el historial, el médico realiza un reconocimiento físico para comprobar el estado de salud general de la embarazada, así como su peso, altura y presión sanguínea, entre otros.
Además lleva a cabo un examen interno para detectar los signos físicos del embarazo. Los más evidentes son el reblandecimiento del cuello del útero y el aumento del tamaño del útero y del abdomen.
Este examen pélvico al inicio del embarazo también sirve para determinar aproximadamente la duración de la gestación, la fecha aproximada del parto. Tras el mismo, realiza un examen externo del abdomen de la mujer, palpándolo suavemente para determinar el tamaño del feto y examina los pechos.
Los análisis de sangre que pide el médico tienen por objeto determinar el grupo sanguíneo y el factor Rh de la embarazada, por si existiera una incompatibilidad de los grupos sanguíneos, así como anticuerpos frente a algunas infecciones como la rubéola, la hepatitis y la toxoplasmosis, entre otras.
Asimismo, sirven para determinar el nivel de hemoglobina. Si está bajo, algo frecuente durante el embarazo, la mujer probablemente sufra una anemia leve.
El ginecólogo le mandará tomar suplementos de hierro y ácido fólico.
Mediante los análisis de sangre también se detecta la presencia de anticuerpos del virus del SIDA y de otras enfermedades de transmisión sexual
A la embarazada también se le practicarán análisis de orina para detectar la presencia de niveles altos de azúcar o proteínas que están relacionados con algunas enfermedades como la diabetes y la toxemia. Este tipo de análisis también permite identificar posibles infecciones si aparecen bacterias en la orina.
Si la embarazada es mayor de 35 años, existen antecedentes de enfermedades congénitas o ha estado expuesta a agentes teratógenos (agentes que pueden producir determinadas anomalías o malformaciones en el organismo), el ginecólogo podrá plantear la necesidad de realizar un diagnóstico prenatal.
La prueba más conocida es la amniocentesis, aunque existen otras pruebas que también proporcionan información muy relevante acerca del feto.