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¿Qué son los celos? ¿A qué edad surgen? Consejos para tratar los celos infantiles

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Todo niño experimenta celos en algún momento, con la llegada de algún hermanito, con los cambios en la estructura familiar o simplemente cuando atraviesa la fase de «enamoramiento» de sus papás. Lidiar con esta emoción es difícil ya que es un sentimiento ambivalente, contradictorio. Se manifiesta con más fuerza cuanto mayor es el sentimiento de amor que se tiene a la figura de apego y mayor es también el abandono percibido. En elbebe.com hablamos de cómo se manifiestan los celos y qué pueden hacer los padres para manejarlos.

Los celos infantiles son un sentimiento natural que surge en el niño cuando se siente desplazado.

Consisten en sentir odio y rechazo hacia personas a las que se quiere mucho. El hecho de que sea un sentimiento contradictorio es lo que más dificulta su manejo.

Los niños tienden a ver las cosas como buenas o malas y les cuesta integrar dos facetas (una positiva y otra negativa) de un mismo objeto, persona o situación. Por eso, los celos infantiles son un sentimiento que, en líneas generales, les resulta complicado controlar.

Normalmente cuando hablamos de celos infantiles a todos nos viene a la cabeza la llegada de un nuevo hermano a la familia. Sin embargo, los niños sienten celos en muchas situaciones. Cuando tienen un hermano seguro, pero también cuando hay algún otro niño que llama la atención de sus papás (sobrino, vecino, hijo de amigos, etc.), cuando en las familias monoparentales aparece una nueva pareja, … Incluso podríamos hablar de unos celos «evolutivos» que son los que experimenta el niño cuando pasa por la fase de «enamoramiento» de su mamá o su papá y tiene que compartir este amor con el otro miembro de la pareja parental.

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Los niños nacen absolutamente dependientes de un adulto que cuide de ellos y que se encargue de su crianza. Esta dependencia es física pero también afectiva. Necesitan un apoyo constante en sus primeros años de vida. Cuando alguna circunstancia reduce el tiempo, el cariño o la dedicación que los padres ofrecen a un hijo, surgen los celos. El niño siente que tiene que competir por ganarse el cariño que hasta ese momento se le había otorgado de manera incondicional.

En este artículo sobre los celos infantiles veremos:

¿Cómo se manifiestan los celos infantiles?

Los celos infantiles se manifiestan en ocasiones a través de conductas agresivas: pegar, morder, pellizcar, golpear al rival o a los padres. Es decir, las conductas celosas se pueden manifestar hacia el hermano, la nueva pareja, etc. o hacia las figuras de apego principal.

En otras ocasiones, se manifiestan mediante conductas que llaman la atención de los padres. Puede que el niño no pegue o muerda, pero está constantemente hablando a gritos, dando golpes para hacer ruido, haciendo cosas que sabe que no gustan, que provocarán el enfado de sus padres y que, al mismo tiempo, conseguirán llamar su atención.

¿A qué edad aparecen los celos infantiles?

Los celos infantiles pueden aparecer a cualquier edad durante la infancia, pero su manifestación es diferente.

  • Cuando el niño es muy pequeño, menor de dos años, estas manifestaciones pasan más desapercibidas, ya que los niños que temen perder el amor de sus padres pueden manifestarlo mostrándose totalmente sumisos, obedientes, cariñosos en exceso… cualquier cosa para que sus papás no les abandonen.
  • A medida que crecen, los celos infantiles se manifiestan de manera más patente mediante conductas agresivas y disruptivas, bruscas. Y a partir de los 5 ó 6 años los niños han alcanzado un nivel de desarrollo cognitivo suficiente como para manipular emocionalmente, casi como lo haría un adulto: retirando el afecto a aquellos por los que se siente abandonado, por ejemplo.
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¿Qué hacer ante los celos de nuestro hijo?

En primer lugar, intentar entender qué es lo que los provoca.

Hay momentos muy claros y evidentes como ocurre ante el nacimiento de un hermano. En otros, los celos son una reacción comprensible pero poco esperable.

Y, sin duda, cuando aparecen los celos, hay algún elemento que los desencadena

La mayoría de los padres sabemos qué pone celosos a nuestros hijos. Simplemente el hecho de comprenderlo, cambia nuestra actitud ante sus muestras de celos.

Hasta cierto punto, podremos ponernos en su lugar y entender que los celos no son más que una manifestación ante algo que les hace sentirse indefensos y vulnerables.

Dejar que el niño exprese lo que siente, de una forma adecuada, que no resulte dañina para él ni para otros.

Cuando veamos que manifiesta celos, podemos acercarnos a nuestro hijo y decirle que entendemos cómo se siente, pero que no puede golpear a otros o a sí mismo.

Si de verdad se siente tan mal, le recomendaremos que busque otras formas de expresarlo. Por ejemplo, pidiéndonos cariño o contacto a nosotros, utilizando juguetes u objetos inofensivos que le ayuden a descargar su ansiedad: cojines, pelotas o realizando conductas que le permitan relajarse: dar volteretas o correr en lugares adecuados para ello.

Estar pendientes de posibles situaciones que disparen el comportamiento celoso.

De manera preventiva, podemos estar alerta ante posibles momentos de aparición de los celos.

En estos casos, si sabemos que la situación va a desencadenar los celos del niño podemos prevenirla hablando con él, preparándole para afrontar lo que viene o buscando compensaciones. «Pasaremos un ratito juntos, más tarde u otro día». 

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Es importante evitar realizar compensaciones de tipo material ya que lo que los niños echan de menos en estas ocasiones es nuestra compañía y atención, no el hecho de tener un juguete o un regalo.

Sobre el autor

Ainhoa Uribe
Ainhoa Uribe es psicóloga por la Universidad Autónoma de Madrid. Toda su carrera profesional ha girado en torno al trabajo con niños y adolescentes, desde bebés hasta adolescentes. Se dedica a la práctica privada en consulta ofreciendo terapia enfocada a la etapa infanto juvenil desde hace más de 10 años. Formada como psicoterapeuta individual y de grupo en la Universidad Pontificia de Comillas y especializada en Terapia Infantil Gestáltica y en trauma y apego. htts://www.aitta.es

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