Virginia Apgar (1909-1974) fue una mujer inquieta y curiosa que dedicó toda su vida a su gran pasión: la medicina. Aunque soñaba con ser cirujana, trabajó como anestesista y pediatra. Su método, el test de Apgar, se considera uno de los avances más importantes de la obstetricia del siglo XX. Gracias a él, especialistas de todo el mundo pueden valorar la vitalidad y el bienestar de los bebés recién nacidos inmediatamente después de nacer. Su método ha contribuido a reducir la mortalidad infantil.
Cada segundo que pasa, se producen 4 nacimientos en el mundo. Y cada nacimiento que se produce en un hospital, se mira primero con los ojos de la Dra. Virginia Apgar.
Tras abrazar por primera vez a mamá, todos los bebés son evaluados con el test de Apgar. El test de Apgar es una prueba sencilla y eficaz que mide el esfuerzo que hace el bebé al respirar, el tono muscular, el pulso, la respuesta refleja y el color de piel.
A cada una de estas variables se les da una puntuación (0, 1 o 2) y se evalúa 3 veces: al minuto de nacer, a los 5 y a los 10. Los resultados indican si el bebé necesita o no algún tipo de atención. Gracias a este método, se ha conseguido reducir la mortalidad infantil. Pero… ¿quién fue la persona que lo ideó?
Pocos saben que detrás de este método se esconde una gran mujer: la Dra. Virginia Apgar.
Virginia Apgar (1909-1974), alias Gini para los amigos, nació en Westfield, un pequeño pueblo de Nueva Jersey, EE.UU. De pequeña, le encantaba la ciencia y la música, como a su padre. Helen Mat Clarke Apgar y Charle Emory tuvieron dos hijos más: Clark y Lawrence. El primero murió de tuberculosis y el segundo tenía eczema, una enfermedad crónica. Este hecho quizás influyese en la que sería su gran vocación: la medicina, a la que se entregó en cuerpo y alma.
Virginia Apgar fue una niña curiosa y una alumna brillante. En 1929, en plena crisis económica se graduó en el colegio de médicos y cirujanos de la Universidad de Columbia (Nueva York) junto a 8 mujeres más. Fue la cuarta de su promoción. Al terminar, soñaba con ser cirujana. Pero durante la Gran Depresión había una oferta excesiva de cirujanos en Nueva York, por lo que el Dr. Allen Whipple le aconsejó que se dedicase a la anestesiología, una especialidad dirigida hasta entonces por eficaces enfermeras, pero poco tratada por los médicos. Virginia le hizo caso.
Virginia Apgar fue una mujer brillante. Dedicó toda su vida a la ciencia. Estudió los efectos de la poliomielitis y los defectos del nacimiento, reconoció la prematuridad como un problema y sentó las bases de la neonatología.
Poco a poco, la mirada y la entrega de Virginia fue dignificando la profesión de anestesista. Así, se convirtió en la primera profesora titular de esta especialidad en la Universidad de Columbia. En este campo, su trabajo fue minucioso e impecable. Analizó los efectos de la anestesias maternas en los recién nacidos a los que se les prestaba poca atención tras el nacimiento. Por aquel entonces, la mortalidad infantil en EE.UU. era muy alta tras las 24 horas de vida. Y gracias a este trabajo, desarrolló el test Apgar. En 1952 presentó su método en el Congreso Anual de Anestesistas. Un año más tarde, y pese a alguna resistencia inicial, el marcador fue aceptado por parte de la comunidad médica. Hoy se utiliza en todo el mundo.
Virginia siguió formándose (en el campo de la estadística), siguió haciendo deporte (le encantaba el golf y la pesca), siguió actuando en producciones drámaticas y siguió tocando su violín (tocaba en tres orquestas: The Teaneck Symphony of New York, The Amateur Music Players y en la Catgut Acoustical Society). Se tomó un año sabático y viajó por todo el mundo hasta que en 1959 la prestigiosa Fundación March of Dimes le ofreció un puesto de responsabilidad en su unidad de malformaciones congénitas. Estudió de cerca los efectos de la poliomielitis, se preocupó por los cuidados prenatales, analizó los efectos de la radiación en el feto, resaltó la importancia de la alimentación de la madre y fue la primera mujer en reconocer la prematuridad como un problema. En 1972, escribió junto a Joan Beck el libro Is My Baby Allright?
Virginia Apgar fue una mujer extraordinaria. Escribió más de 60 artículos científicos y numerosos ensayos cortos. Sentó la bases de la neonatología y todavía le dio tiempo a fabricar 2 violines, 1 viola y 1 violonchelo. En 1973 fue elegida Mujer del Año por la revista Science. Entregó su vida a la ciencia y al cuidado de los bebés recién nacidos. Y sobre todo, el hecho de ser mujer no fue un impedimento para construir una brillante carrera. Murió el 7 de agosto de 1974.
Fuentes consultadas
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