La introducción de alimentos sólidos en la dieta del bebé es clave en su alimentación. A muchos bebés les cuesta aceptar estos nuevos tipos de alimentos. Rechazan su textura o su sabor y, en ocasiones, esto se convierte en un problema que preocupa a los padres. Para facilitar la introducción de estos alimentos en la dieta al bebé, debemos saber cómo y cuándo hacerlo.
No hay ninguna razón de peso para empezar los cambios de alimentación por uno u otro alimento: cereales, frutas, verduras, carne… Solamente debemos procurar introducirlos poco a poco, para observar si alguno no le sienta bien al bebé.
Si en la familia hay personas alérgicas, se debe evitar que el bebé tome demasiado pronto aquellos alimentos que producen alergia a sus familiares y aquellos que tienen más probabilidad de causar alergias, como son el pescado y el huevo.
Por lo general se suele empezar dando al bebé cereales sin gluten (arroz y maíz) y después sólo un alimento nuevo cada cierto tiempo, esperando dos o tres días antes de darle a probar otro nuevo.
En este artículo sobre la introducción a la alimentación sólida:
Cereales con gluten
Hasta los 6 meses no se le deben dar alimentos con gluten. El gluten es una proteína que existe en algunos cereales (trigo, centeno, cebada, avena, mijo…).
En determinadas personas, puede producir alteraciones intestinales que se manifiestan por diarrea crónica, ganar poco peso, talla baja, anemia… Esto se llama enfermedad celiaca y puede afectar a 1 de cada 1.500 niños.
Tras cada alimento nuevo hay que estar atento a posibles respuestas alérgicas, como la diarrea, sarpullidos o vómitos. Si algo de esto ocurre elimine de su dieta el alimento sospechoso hasta consultar el problema con el pediatra.
Papilla de frutas
Normalmente, a partir del quinto o sexto mes el bebé empieza a comer papilla de frutas. La fruta aporta sobre todo hidratos de carbono (azúcares), vitaminas, minerales y fibra.
Esta toma no debe sustituir a una de leche por su bajo contenido en proteínas y calorías. De modo que se puede completar con un poco de leche materna o artificial.
Además, muchos bebés rechazan la papilla de frutas, pero les encanta probar la fruta al natural, de modo que toman muy pequeña cantidad.
Los potitos comerciales de frutas son baratos y de sabor agradable. Pero tienen algún inconveniente:
- Suelen tener azúcar añadido.
- Han perdido casi todas las vitaminas.
- Su sabor no se parece al de la fruta natural.
Los preparados comerciales en polvo llamados multicereales y frutas contienen sobre todo cereales. Muy poca fruta. Por supuesto que esa fruta ha perdido casi todas sus vitaminas y la fibra.
Verduras
A partir del sexto y séptimo mes se incorporan las verduras. Estas aportan carbohidratos complejos (almidón), vitaminas y minerales. Por sí solas contienen pocas calorías y proteínas, por lo que se debe dar además leche.
Los bebés pueden tomar casi todas las verduras, pero se recomienda evitar las que tienden a acumular los nitritos (componentes de los abonos), como la zanahoria y las que tienen demasiados fitatos (que impiden la absorción del hierro, como las espinacas.
Las verduras pueden ser frescas o congeladas. Conviene cocerlas en un poco agua para aprovechar los minerales, que se van al caldo.
Los bebés pequeños pueden tomar también arroz y lentejas.
Carne
A partir del séptimo y octavo mes, se puede introducir la carne (pollo, pavo, cordero, ternera y cerdo magro).
La carne aporta muchas proteínas, vitaminas del grupo B y minerales importantes como el hierro.
La cantidad diaria recomendada al día es de 20-30 gr.
Otros alimentos
A partir de los 8-10 meses conviene introducir el pescado blanco en el puré de verduras.
El huevo, por el riesgo de alergias, es el último de los alimentos que se le da a probar.
Los preparados comerciales (tarros o potitos) son cómodos y baratos, sin duda. La mayoría de buena calidad. Sus inconvenientes son:
- Los fabricantes los recomiendan para edades más precoces de lo que postulan los médicos.
- Algunos contienen harinas o leche que pueden no estar indicadas en niños concretos.
- Los sabores son muy diferentes de los productos naturales o de los alimentos envasados para adultos, ya que contienen preservantes y sal añadida que el bebé no debe ingerir.
Algunas recomendaciones
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*Este artículo es divulgativo. En ningún caso sustituye la opinión de un médico. Para cualquier duda, consulta a tu especialista.