Es frecuente que el bebé recién nacido tenga muchas legañas en los ojos. Para limpiarlos, lo mejor es emplear una gasa empapada en suero o agua templada, previamente hervida. Consulta con el pediatra si los ojos de tu bebé segregan una sustancia amarilla o verdosa. Lo más probable es que se trate de una conjuntivitis purulenta, que se trata aplicando unas gotas especiales en los ojos de tu bebé.
Cuando las pestañas del recién nacido se pegan entre sí por la abundancia de legañas, hay que limpiar cada ojo pasando una gasa o un algodón empapado en agua hervida templada o suero fisiológico desde la parte del lacrimal hacia el rabillo del ojo.
El uso de manzanilla está en desuso debido a que si la persona es atópica o alérgica a la misma, la afección ocular puede empeorar.
Cuando exista secreción abundante de color amarillo o verdoso («conjuntivitis purulenta»), se debe desinfectar a menudo con agua hervida.
Si no se resuelve espontáneamente, quizá sea necesario aplicar pomada o colirio con antibióticos.
En cualquiera de los casos, es conveniente consultar con el pediatra, que probablemente recomendará la aplicación de gotas.
Es conveniente emplear una gasa distinta con cada ojo para no contagiar el ojo sano en caso de infección.