El sueño del bebé de 8 a 12 meses puede ser relativamente intranquilo. Esto se debe a las características evolutivas y a las experiencias vitales típicas de los niños de esta edad. Sin embargo, los padres pueden favorecer el sueño tranquilo de sus bebés atendiendo a algunos consejos.
El sueño de los bebés de 8 a 12 meses puede volverse inquieto, intranquilo. Esto se explica porque el bebé se encuentra en una etapa de grandes avances evolutivos que amplían su mundo exploratorio y las interacciones con su entorno.
Asimismo, hacia los 8 meses, los bebés son más conscientes de su identidad como ente separado de su madre y esto hace que aparezca la angustia por la separación.
Por otra parte, la irrupción dentaria, que suele iniciarse en esta etapa, hace que el bebé pueda estar más incómodo o irritable en algunas temporadas.
Todo esto influye a la hora de dormir y explica que, a esta edad, puedan producirse frecuentes despertares nocturnos.
Así pues, dichos despertares forman parte del desarrollo evolutivo del bebé. Sin embargo, los padres pueden ayudar a sus hijos a tener un sueño más tranquilo.
¿Cómo facilitar el sueño tranquilo del bebé de 8-12 meses?
En general, los niños que han de separarse de sus padres para dormir pueden experimentar temor o miedo al acostarse, pues la angustia por la separación les hace rechazar esa situación para tratar de evitar la separación y, por consiguiente, la angustia.
Por ello, en estas edades, el apoyo a la hora de dormir es muy positivo. Quedarse junto al bebé hasta que éste concilia el sueño o dormirlo en brazos es de gran ayuda para facilitar un descanso tranquilo.
De esta manera, en esta edad es recomendable el colecho (dormir junto al bebé) o la cohabitación (dormir en la misma habitación que el bebé). De esta manear se estará minimizando la angustia por la separación y fomentando un sueño más tranquilo.
Además, en esta etapa, la lactancia materna cumple una función fundamental para aportar tranquilidad y seguridad al bebé. El estrecho contacto físico con su madre y la succión del pecho ofrecen al niño un entorno conocido que le proporciona seguridad y confianza. La succión nocturna del pecho materno hace que los despertares sean más breves, le facilitan enormemente al bebé la conciliación del sueño.
Es esencial una actitud comprensiva y empática por parte de los padres, que les permita acompañarle en esta etapa de cambios y retos. Así, el bebé irá integrando todos estos cambios en su desarrollo personal de una manera adecuada, paulatina y progresiva, con la seguridad que le otorga el acompañamiento y el apoyo de sus padres.