Entre los 8 y los 12 meses, en torno al 90% de los bebés atraviesa una etapa de ansiedad. En ello influye, entre otros factores, la vuelta de la madre al trabajo. A esta edad, los bebés cuentan con más herramientas que antes para expresar sus emociones. Un aspecto muy importante de su desarrollo emocional es la imitación de las actitudes.
Uno de los cambios más notables en los bebés de esta edad es que ahora comienzan a ser capaces de expresar su estado de ánimo, sus emociones.
El bebé se ha descubierto a sí mismo como ser independiente de la madre y en determinadas ocasiones esto le produce una sensación de inseguridad.
La ansiedad provocada por el distanciamiento de la madre (la vuelta de ésta al trabajo…) suele ser más intensa en los últimos meses del primer año.
En este periodo, la vida social del bebé girará en torno a las personas con quienes convive día a día.
Por esta razón diferencia a los «extraños» de los habituales y muestra cierto resentimiento ante los primeros.
De una forma paulatina se irá acostumbrando a estos cambios.
Cuando el padre o la madre abandonan la habitación en la que se encuentra, llora, al igual que cuando les toma en brazos alguien poco familiar para él (se dan casos de bebés que no pasan por esto, pero un 90% de ellos sí atraviesa esta etapa de ansiedad).
En algunos casos también alargan los brazos mientras los visten para ayudar (no todos lo hacen).
En esta época se divierten imitando a los demás, algo muy importante para su desarrollo emocional (imitan expresiones de sorpresa, gritos, gestos…).
También comienzan a pedir que los tomen en brazos extendiendo los brazos hacia la madre o el padre.