Las posibles alergias del bebé son una preocupación frecuente en los padres. Detectar los elementos alergenos es importante para poder proteger el bebé de su exposición. Sin embargo, a veces, identificar qué es lo que le está produciendo alergia al bebé no es sencillo.
El sistema inmune o inmunológico, en condiciones normales, se encarga de proteger al organismo de sustancias extrañas (virus, bacterias, parásitos y células tumorales). Estas sustancias extrañas suelen ser proteínas denominadas antígenos.
La protección del organismo se desarrolla en dos fases: Reconocimiento del antígeno (proteína extraña) y reacción contra el (formación de anticuerpos y otras sustancias).
La alergia se debe a una reacción patológica del sistema inmune. Es decir, el organismo reacciona de forma exagerada (reacción inflamatoria) ante sustancias que normalmente son inocuas para la mayoría de las personas.
Aunque no se conoce en su totalidad el motivo de la alergia, se sabe que la alergia tiene predisposición genética. Si la madre es alérgica, el niño tiene una predisposición del 30-40%. Si el alérgico es el padre, el riesgo es del 30%. Si lo son ambos, el riesgo aumenta al 70-80%.
Otros factores que influyen en la alergia son la exposición a determinados agentes ambientales (polen, ácaros, determinados alimentos, etc.)
La respuesta alérgica es muy dañina para el organismo. Puede ser más o menos intensa y afectar a distintos aparatos (digestivo, respiratorio, piel, etcétera).
¿Cuáles son las alergias más frecuentes en bebés?
1. Alergia a alimentos.
2. Dermatitis atópica.
3. Asma (debida a alergia al polen).
4. Alergia a medicamentos.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo padece una alergia?
Los principales síntomas que puede presentar un bebé alérgico son los siguientes:
- Lesiones en la piel: rojeces, vesículas (pequeñas esferas llenas de líquido) y pápulas (habones). También puede haber inflamación o edema. Estas lesiones provocan mucho picor o escozor. Puede haber lesiones que cambian de localización y provocan picor o escozor.
- Inflamación o tumefacción de la piel, que puede afectar a labios o párpados.
- Rinitis (destilación nasal), conjuntivitis (enrojecimiento ocular) y picor en boca o garganta, con o sin malestar general.
- Tos continua o persistente no explicada, mucosidad excesiva sin enfriamiento, sibilancias o «pitidos» persistentes al respirar.
- Sensación de ahogo o insuficiencia respiratoria.
¿Cómo se diagnostica la alergia en bebés y niños?
- Pruebas cutáneas. La alergia puede determinarse mediante inyección intradérmica de las posibles sustancias alergénicas. Se introduce en la piel una disolución de la sustancia a investigar (alérgeno). Si el bebé es alérgico, el alergeno produce una reacción de inflamación y enrojecimiento en la piel. Se usan para investigar alergias a medicamentos, pólenes de distintas plantas y alimentos (leche de vaca, huevo, etc.).
- Análisis de sangre. Cuando el bebé es alérgico aumentan las concentraciones de IgE (inmunoglobulina E) y los eosinófilos (células sanguíneas) en sangre.
- Tests de provocación. Se administra el fármaco o alimento y se evalúa la reacción.
Tratamiento de las alergias infantiles
1. Evitación del alergeno (alimento, polvo, medicamento, etc.)
2. Formación de padres para evitar la administración del alimento o medicamento responsable.
3. Si es necesario, administrar medicación específica (vacunas, antihistamínicos, antiinflamatorios, etc.)