Hoy en día las guarderías forman parte de la vida de casi todos los bebés. Escogemos cuidadosamente el centro al que irán nuestros hijos, los preparamos para esa nueva rutina con un periodo de adaptación y al terminar nuestra jornada laboral volvemos a recogerlos. Sin embargo, ¿sabemos lo que hacen nuestros hijos una vez los hemos dejado en la guardería? ¿Siguen llorando? ¿Se divierten?
La idea de que en la guardería no se hace nada está demasiado extendida. Mucha gente piensa que los educadores solo están para cambiar pañales. Sin embargo, la realidad es más bien otra.
Los educadores son profesionales bien cualificados para, además de asegurar el bienestar de los más pequeños, ayudarlos a desarrollar sus capacidades mediante juegos y estrategias bien planificadas.
Si esto no fuese así, probablemente el centro al que llevamos a nuestro hijo no sería homologado, y los educadores serían simplemente cuidadores, niñeras.
A veces, los padres nos quedamos intranquilos al ver a nuestro hijo llorar cuando lo dejamos en la guardería. Sin embargo, los niños pequeños lloran porque es su forma de comunicarse con nosotros. Una vez en el centro, los niños se lo pasan de maravilla porque aprenden, juegan y se divierten con otros niños.
En este artículo sobre bebés en la guardería:
¿Por qué lloran algunos bebés en la guardería?
Casi todos los niños lloran cuando sus padres los dejan solos en la guardería, sobre todo a principio de curso cuando todo es desconocido para ellos.
Muchos padres, al verlos así, se van intranquilos al trabajo, pensando si su hijo estará llorando toda la mañana. Además, en muchos casos, al volver a recogerlos, vuelven a verlos llorando, y eso aumenta la intranquilidad. La realidad, por el contrario, poco tiene que ver.
- Los bebés lloran porque muchas veces no saben expresarse de otra forma.
- Lloran porque quieren quedarse con mamá y papá, no porque el sitio al que van no les guste. En este sentido, es muy importante que los padres muestren una actitud positiva para que los niños entiendan que no pasa nada, que cuando pase un ratito volverán a recogerlo. Lo que no es nada recomendable es alargar el momento de la despedida, porque el niño seguirá llorando de todas formas, posiblemente con mayor intensidad.
- Lloran porque ven que sus padres están ahí y quieren quedarse con ellos. Si la despedida se alarga, el pequeño llorará confuso porque no sabe cuando llegará el momento en que su papá o mamá se vaya. De la misma manera, si los ven despedirse a través de la puerta o ventana, llorarán, porque saben que sus padres están ahí, pero no cómo pueden llegar hasta ellos.
¿Qué ocurre cuando el bebé no ve a sus padres?
Pero, ¿qué ocurre cuando ya no ven a mamá o a papá? Que… en pocos minutos el pequeño se sumerge en un nuevo mundo, lleno de colores, formas, muchísimos juguetes y cuentos. Además hay niños iguales que él (si es su primer año de guardería es posible que nunca haya estado con un bebé antes). Ya no se acuerda que sus papás no están ahí. Tal vez piensa que está en otra habitación, no demasiado lejos.
Ahora lo que le interesa es descubrir todo lo que le rodea, probar los juguetes nuevos y divertirse. Además tiene cerca la figura de un adulto, el educador, que se hará que se sienta seguro y protegido.
Cuando los padres vuelven a recogerlos, muchos vuelven a llorar. Es simplemente su manera de decir “te he echado de menos”, no significa que lo haya pasado mal.
Seguramente a medida que vayan pasando los días, cada vez le cueste menos despedirse, porque sabrá que en la guardería se lo pasará muy bien y aprenderá muchas cosas. Sobre todo, lo que aprenderá, es que sus padres si que volverán a recogerlo después.