Las normas de conducta son pautas que señalan al niño lo que debe y no debe hacer, generando un marco de referencia que le proporciona seguridad y confianza. Las formas de aplicar las normas definen el tipo de familia y el estilo educativo de los padres, lo cual será fundamental para la formación del esquema de valores de los niños cuando sean más mayores.
Una persona se mueve y se relaciona en su medio social de acuerdo a una escala de valores que guía su comportamiento.
Normalmente, esta escala se forma en la infancia influida por los valores defendidos en su familia de origen más otros incorporados por el propio individuo gracias a su experiencia vital única. Por ejemplo, cuando una pareja se une, lo habitual es que se genere una escala de valores comunes, diferente a la escala de valores de origen de cada uno.
Esta nueva escala de valores definirá a la nueva familia. Los valores defendidos en cada familia, se hacen explícitos en una serie de normas o reglas de juego en familia. En este caso, cuando hablamos de normas en una familia, nos estamos refiriendo a cosas como: «en esta casa se cena todos juntos» o «no se ve tele después de las 8 de la tarde», etc.
Las normas definen qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer en una familia, es decir, dan lugar a los límites. Esto proporciona seguridad a los niños ya que les da un marco de referencia en el que moverse.
Una forma de articular las normas, sobre todo con niños muy pequeños, es a través de los rituales. Los rituales son conductas rutinarias que estructuran el tiempo siguiendo unas normas y dan respuesta a las necesidades básicas del niño. Rituales importantes son: la hora del baño, la hora de la comida, la hora de juego, de paseo, de dormir…
Las normas definen el tipo de familia. Tienen una importancia central en la dinámica familiar. Aunque conscientemente no verbalicemos las normas, éstas se trasmiten a través de los rituales que articulamos y de la aprobación y el rechazo que manifestamos ante las actitudes de los hijos. Incluso el hecho de «no poner normas» es una norma de convivencia.
La manera en que los padres hacen cumplir las normas propias de su familia define el tipo de autoridad o estilo educativo que ejercen. Pueden ser padres autoritarios, permisivos, cooperativos.