Quedarse embarazada después de haber sufrido un aborto es motivo de gran alegría para la pareja. Sin embargo, la pérdida experimentada suele afectar emocionalmente a la pareja en cuanto a enfrentarse al nuevo embarazo. Es importante tomar conciencia de cómo afecta la pérdida anterior a la percepción y vivencia de la nueva gestación.
Después de haber sufrido un aborto espontáneo, la noticia de que se ha producido un nuevo embarazo produce gran alegría a la pareja. En muchas ocasiones, este nuevo embarazo llega pocos meses después del aborto.
El nuevo embarazo supone para la pareja una “recuperación” de lo que perdieron con el aborto. Recuperan la ilusión, las expectativas y el proyecto de vida en familia.
Sin embargo, la pérdida gestacional experimentada deja una huella en la esfera emocional de los padres que, a veces, no es fácil de manejar.
Además, como en muchas ocasiones el nuevo embarazo se produce poco tiempo después de la pérdida gestacional anterior, muchas parejas inician el nuevo embarazo sin haberse recuperado del duro golpe emocional recibido con la pérdida.
Cuando se enfrenta a un nuevo embarazo, la pareja que experimentó una pérdida anterior se ve psicológica y emocionalmente afectada en lo que respecta al desarrollo del nuevo embarazo.
Muchas mujeres evitan ilusionarse, tratan de no generar demasiadas expectativas sobre el bebé que están gestando por miedo a volver a perderlo. Esto dificulta la representación simbólica del hijo, que todas las embarazadas realizan y que es el comienzo de la conexión emocional madre-hijo.
Muchas situaciones del nuevo embarazo recuerdan a la pareja el embarazo anterior y, en consecuencia, la pérdida: los primeros síntomas, la prueba de embarazo, la primera visita al ginecólogo…
De esta manera, en el nuevo embarazo suele estar muy presente la pérdida experimentada, especialmente durante el inicio. El sentimiento imperante suele ser el miedo a sufrir otra pérdida.
¿Cómo enfrentarse al nuevo embarazo?
Las parejas que consiguen un nuevo embarazo después de haber sufrido una pérdida gestacional tienen unas necesidades emocionales marcadas por dicha experiencia.
De este modo, deben ser conscientes de dichas necesidades, para poder atenderlas y enfrentarse a su nuevo embarazo teniendo en cuenta que deben cuidar sus emociones relacionadas con el embarazo y la pérdida.
En estos casos, se hace esencial tomar conciencia del miedo a que la pérdida se vuelva a producir. Expresar los miedos y compartirlos es positivo para poder asimilarlos y superarlos.
Es muy beneficioso para la pareja contactar con personas que experimentaron situaciones parecidas. Si acudieron a un grupo de ayuda después de la pérdida, este mismo grupo puede ser un buen espacio en el que la pareja pueda compartir sus experiencias y sentimientos.
Si la pareja no pidió ayuda después de la pérdida gestacional, éste puede ser un buen momento para buscarla. El acompañamiento psicológico o la participación en un grupo de apoyo puede ser una buena opción.
Además, buscar un profesional obstétrico en el que se confíe para que les acompañe durante el embarazo es fundamental. Poder consultarle todas las dudas que vayan surgiendo es esencial para reducir el miedo.