El temperamento de los niños de 1 a 2 años se enmarca entre dos tendencias: la timidez y la agresividad. En algunos niños esta conducta se acentúa y en otros, sin embargo, apenas se aprecia. ¡Cada niño es diferente! Sin embargo, debes saber que el entorno en el que se desarrolla el niño y el tipo de educación que recibe, pueden modificar su conducta.
El temperamento es innato en el niño, aunque el entorno, la personalidad de los padres y el tipo de educación influyen en la formación del carácter para «mejorarlo» o «empeorarlo».
Cada niño es diferente y requiere una atención diferente en función de su temperamento y de sus circunstancias personales.
Los padres no deben tratar a todos los hijos igual, ya que cada uno requiere una atención diferente en función de su carácter. Solo así favorecerán realmente su correcto desarrollo y maduración.
El temperamento de los niños de 1 a 2 años se enmarca entre dos tendencias, que pueden llegar a darse de un modo muy acentuado en algunos niños y de un modo más leve en otros. Se trata de la timidez y la agresividad. A esta edad, estos son los dos grandes polos entre los que se comprenden los distintos temperamentos de los niños.
El niño tímido se muestra por lo general confiado y afectuoso entre las personas que le son conocidas. A esta edad, lo más común es que se refugie entre las piernas de su madre cuando se presente aquello que, en especial, más le perturba: una persona desconocida…
El niño agresivo, por su parte, se caracteriza por su posesividad y su aparente necesidad de controlar todo lo que ocurre a su alrededor. Busca la protección de una manera distinta al niño tímido: El niño agresivo trata de acaparar la atención de su madre reteniéndola, si es necesario, con mordiscos y pataletas…