La mastitis es un problema relativamente frecuente del pecho durante la lactancia. Su detección y tratamiento precoces son fundamentales para su curación. Es importante que la mujer conozca sus síntomas para evitar complicaciones que, muchas veces, suponen el abandono de la lactancia.
La mastitis es una inflamación de uno o varios lóbulos de la mama. Puede acompañarse o no de infección. Es uno de los principales motivos de abandono de la lactancia materna.
Tiene una prevalencia variable (del 5 al 33%), pero generalmente se da en menos del 10% de las madres que dan el pecho.
La mayoría de los casos aparecen durante las primeras 12 semanas, aunque puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia. Solamente entre el 3 y el 12% de las mastitis son bilaterales (de las 2 mamas a la vez).
La mastitis no infecciosa se produce como consecuencia de una retención de leche debido a la apertura de los espacios existentes entre las células de los alvéolos mamarios, que normalmente permanecen cerrados. Esta afección provoca cambios en la composición de la leche.
Si no se resuelve, esto puede dar lugar a una mastitis infecciosa, puesto que la retención de leche favorece el crecimiento de bacterias.
Las madres que han sufrido una mastitis señalan que ésta produce un dolor intenso en los pechos que dificulta enormemente la lactancia materna. Por esta razón, en Elbebe.com te explicamos cómo detectar su aparición y cómo puede prevenirse.
En este artículo sobre la mastitis:
¿Qué factores predisponen a la mastitis?
Predisponen a la mastitis los siguientes factores:
- Los cuadros de ingurgitación mamaria (obstrucción de un conducto lácteo) no tratados o tratados inadecuadamente.
- Grietas en el pezón. Se cree que tanto las grietas como las mastitis pueden estar causadas por una mala posición del niño al pecho, que succiona el pezón en vez de la areola. Además, la grieta en el pezón puede ser la base de una infección de la mama.
¿Cómo se puede detectar una mastitis?
Los primeros síntomas de las mastitis aparecen de forma repentina. Se caracterizan por dolor intenso, inflamación, enrojecimiento y endurecimiento de la zona de la mama afectada.
Se acompaña de síntomas parecidos a los de una gripe: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, náuseas y malestar general.
¿Cómo puede prevenirse la mastitis?
La mastitis puede prevenirse a través de un vaciamiento adecuado de las mamas para evitar la retención de leche.
Asimismo, es importante no usar ropa que comprima el pecho.
Si se obstruye un conducto, debe tratarse precozmente.
Corregir la postura de amamantamiento en caso de que fuese necesario.
¿Cómo actuar ante la mastitis?
Ante una mastitis, el tratamiento debe iniciarse cuanto antes, en las primeras 24 horas si es posible. Por lo tanto, es importante acudir al médico en cuanto aparezcan los primeros síntomas.
No debe suspenderse la lactancia materna aunque la madre esté tomando antibióticos. Se deben tomar medicamentos compatibles con la lactancia. La infección no se transmite al bebé y el amamantamiento mejora la evolución de la mastitis y disminuye el riesgo de complicaciones.