La Navidad es una época del año que los niños esperan con mucha ilusión. Son unos días en los que las actividades infantiles cobran protagonismo. También,en estas fechas, las familias tratan de pasar tiempo juntos y compartir.
Es un buen momento para transmitir a los niños valores familiares y de solidaridad. Así, evitaremos que caigan en la superficialidad del consumismo que, a veces, acompaña a estas fiestas.
Todos los padres recordamos la ilusión que sentíamos de niños cuando se acercaba la Navidad. Ahora son nuestros hijos quienes toman el relevo y nosotros los que disfrutamos de su entusiasmo.
Cada día, una ventana se abre en el calendario de adviento: las comidas especiales, el alumbrado nocturno, los villancicos, el belén, las tarjetas de Navidad, la cabalgata, los regalos, la sorpresa en el roscón, las doce uvas… Y lo más importante, festejarlo en familia, participar de las reuniones familiares y de los amigos en un ambiente cálido y seguro del que los niños se sienten parte importante.
Las tradiciones navideñas son un vehículo de comunicación hacia los demás: los balcones se decoran hacia el exterior, las calles se iluminan y las mesas se decoran para la cena de Navidad. Por eso, aprovecha estas fiestas para disfrutar con tu hijo bailando, cantando, callejeando, modelando figuritas para el Nacimiento, decorando el árbol de Navidad, preparando la carta a los Reyes Magos, dibujando o adornando la casa. ¡Y un consejo! A la hora de cocinar prepara comidas sencillas para los niños ya que las disfrutan más.
El espíritu navideño, además de compartir las celebraciones con la familia, significa ser solidarios y colaborar con los demás. Los adultos sabemos bien en qué se han convertido estas fiestas, devoradas por la fiebre consumista, el gasto descontrolado, el consumo excesivo de energía y de alimentos. Por esta razón, este es un buen momento para concienciar a los niños para el futuro. Por ejemplo, podemos aprovechar esta ocasión para enseñarles la importancia de reciclar, que es sencillo, ecológico y entretenido. Los niños pueden empezar por sus propios juguetes. Los objetos que ya no utilicen también se pueden donar a alguna organización o asociación de ayuda a la infancia.
La Navidad también es una buena ocasión para concienciar a los niños sobre la situación que viven otros niños. Nosotros también podemos ser partícipes, ya que somos el ejemplo de los niños, y reducir el gasto que supone la Navidad.