Normalmente, los partos transcurren sin problemas y de forma relativamente rápida. Sin embargo, a veces se presentan complicaciones que obligan al personal sanitario a adoptar medidas, orientadas a evitar que, tanto el feto como la madre, corran riesgo alguno. Recuerda que, para que el parto y el postparto transcurran de la manera más llevadera, es importante que acudas tranquila y confiada al hospital.
Puedes estar tranquila. Por lo general, los partos transcurren sin problemas. En ocasiones, sin embargo, pueden presentarse algunas complicaciones que obligan al personal del hospital a seguir un procedimiento especial. Las posibles complicaciones del parto son de diversa índole y no siempre es posible prevenirlas ni preverlas.
A continuación, te señalamos algunas de las más frecuentes, como los partos prematuros, que son los que se producen antes de la semana 37 de gestación, o las contracciones ineficaces, que imposibilitan la salida del feto por lo que se suele administrar oxitocina a la madre.
En estos casos, a diferencia de un parto normal, sí es necesario su administración ya que se trata de un parto que puede poner en peligro la vida del feto.
En este artículo sobre complicaciones en el parto:
Contracciones ineficaces en el parto
En algunos partos, sucede que las contracciones no son suficientemente fuertes como para dilatar el cuello del útero, lo cual dificulta enormemente la salida del feto.
Otras veces ocurre que las contracciones son más intensas en la parte inferior del útero que en la parte superior, lo cual imposibilita la salida del feto.
Para avivar las contracciones se emplea oxitocina. Si con la oxitocina no basta, el médico se verá obligado a emplear fórceps o ventosa.
En ocasiones, optará por practicar una cesárea para prevenir cualquier riesgo.
Prolapso del cordón umbilical
Esta es una complicación del parto muy poco frecuente, que requiere cesárea por su elevado riesgo para el feto.
Por motivos desconocidos, el cordón sale del cuello uterino antes que el feto. El peligro es que, al salir el feto, la presión que ejercería sobre el cordón umbilical cortaría el aporte de sangre y oxígeno procedente del mismo.
Cordón umbilical corto
Cuando el cordón umbilical es excesivamente corto, puede romperse durante la expulsión del feto, lo cual traería enormes problemas al bebé.
Para evitar cualquier riesgo, los médicos que se encuentran ante esta situación suelen utilizar los fórceps o ventosas y, en casos extremos, practicar una cesárea.
Feto mal posicionado
La posición del feto más propicia para el parto es aquella en la que el feto se encuentra boca abajo, mirando hacia la espalda de su madre.
Cuando, por diversas causas, el feto no logra posicionarse de este modo, lo más habitual es practicar una cesárea a la embarazada para evitar, de este modo, poner en peligro la vida de su hijo.
Parto prolongado
Se considera que un parto es prolongado (excesivamente largo), cuando supera las 14 horas en madres primerizas y las 9 en mujeres que ya han parido antes.
Estos datos, sin embargo, son meramente orientativos, pues hay otros factores que entran en juego (una cesárea anterior, por ejemplo).
En casos de este tipo el médico hará uso de fórceps o, en última instancia, practicará una cesárea a la embarazada. Ante todo, conviene evitar que la prolongación del parto de lugar a la fatiga de la madre o al sufrimiento del feto.
Parto prematuro
Se considera prematuro el parto que se produce antes de la semana 37 de gestación.
No existe una causa única para los partos prematuros. Diferentes factores intervienen en el nacimiento prematuro del bebé. Entre ellos, se cuentan circunstancias como el estrés, la anemia, posibles anormalidades del útero…
En embarazos múltiples, debido a la falta de espacio, los fetos son más propensos a salir prematuramente.
Cualquiera que sea el motivo que provoque un parto prematuro, es importante acudir al hospital cuanto antes, donde los médicos procurarán retrasar en la medida de lo posible el nacimiento del bebé.
Cuando no sea posible y el parto prematuro empiece, lo habitual será que el médico opte por practicar una cesárea a la embarazada, sobre todo cuando haya indicios de sufrimiento fetal.