La Organización Nacional de Trasplantes defiende la donación anónima y altruista de la sangre del cordón umbilical a bancos de carácter público, afirmando que, en el marco de este sistema, la probabilidad de encontrar un donante adecuado para cualquier enfermo es mucho mayor. Los bancos privados, por su parte, defienden el derecho de los padres a decidir libremente qué hacer con sus propias células.
Los bancos públicos de cordón umbilical defienden la donación anónima y altruista
El sistema público favorece claramente la donación solidaria y altruista, puesto que entiende que no se puede permitir que una persona que necesite estas células no pueda utilizarlas frente a una posibilidad mínima de que en el futuro se necesiten para uso propio.
La Organización Nacional de Trasplantes asegura que cuantas más personas donen de forma anónima y altruista la sangre del cordón umbilical, mayores serán las posibilidades de encontrar un donante adecuado para cualquier enfermo que lo solicite, incluidos los que han conservado su cordón en bancos privados.
Por su parte, los bancos de cordón umbilical privados defienden el derecho de los padres a decidir libremente qué hacer con sus propias células. Su finalidad es meramente lucrativa. Ésta razón choca con la donación solidaria y altruista que defienden los bancos públicos de cordón umbilical.
Algunos centros privados, además, señalan la posibilidad de utilizar las células madre del cordón umbilical para tratar enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson en un futuro. Sin embargo, su utilidad real todavía está en fases de investigación y no se sabe con certeza hasta qué punto podrían ayudar al paciente a superar una enfermedad degenerativa.
Las posibilidades de usar las propias células en el caso de desarrollar una enfermedad de la médula ósea es, según algunos expertos, bastante remota. Y si además las células congeladas llevan la impronta genética de la enfermedad que se va a tratar, ello las haría inservibles para el tratamiento.