La enuresis infantil puede tratarse entrenando al niño a despertarse cuando tenga necesidad de ir al baño, pero si este entrenamiento no es eficaz, existen fármacos y sistemas de alarma electrónicos que ayudan a que el niño no tenga escapes de orina mientras duerme. Estos tratamientos alternativos suelen dar buenos resultados y liberan al niño y a sus padres de este incómodo problema.
Existen otras alternativas al tratamiento de la enuresis infantil, por ejemplo mediante fármacos o bien a través de un sistema de alarmas, que advierten al niño que ha mojado la cama.
El tratamiento con medicación siempre debe prescribirlo un médico. En este caso, y cuando se trata de niños, hay que evitar las indicaciones de amigos y familiares. El pediatra es nuestro mejor consejero, sobre todo si se trata de la salud de nuestro hijo. En la consulta, el especialista nos dará las pautas para iniciar y finalizar el tratamiento.
En este artículo sobre la enuresis infantil:
Tratar la enuresis infantil con medicación o fármacos
Antes se usaba como fármaco la impramina, aunque ahora ya no. Actualmente el fármaco más utilizado es la desmopresina (hormona antidiurética). Existe en gotas nasales, spray nasal y, recientemente, en comprimidos. Su mecanismo de acción es reducir la producción de orina.
Los expertos recomiendan una dosis inicial de 20-40 mg. Durante 2-4 meses. Si hay éxito, se disminuye la dosis, pero se mantiene durante dos meses más. En este caso conviene que el niño no beba líquidos por la noche, así se evita orinar.
El tratamiento es bastante caro, aunque los efectos secundarios son escasos. El niño puede presentar molestias nasales (si se usa en spray) o abdominales, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. En una revisión reciente de 18 estudios controlados se hallaron los siguientes resultados:
- Curación completa: 24,5%
- Recaídas al suspenderlo: 94,3%.
Tratar la enuresis infantil con sistemas de alarma
Los sistemas de alarma consisten en dispositivos que se colocan en la cama o en el pijama del niño. Cuando el niño empieza a orinarse, se dispara una alarma o se produce una vibración, que avisan al niño que tiene que levantarse para ir al baño y terminar la micción.
Los sistemas de alarma suelen ser bastante eficaces. Estos dispositivos no se compran de forma libre, sino que suelen ser facilitados por equipos de psicólogos o psiquiatras.