La plasticidad del sistema nervioso central en los primeros años facilita los resultados de los tratamientos de rehabilitación de estos pacientes, que deben ser aplicados por profesionales, de manera personalizada.
La parálisis cerebral es una discapacidad física que afecta a la movilidad, limitando la actividad y que puede ir asociada a una discapacidad intelectual de diverso grado.
Se produce por una lesión provocada antes de que el desarrollo del cerebro se haya completado y su grado depende de la intensidad y el momento en el que se produce la lesión.
Los tratamientos de rehabilitación son fundamentales desde la infancia más temprana, ya que el sistema nervioso central tiene mayor plasticidad.
Por ello, en el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE), recuerda el papel clave de la Fisioterapia en el tratamiento de los pacientes, ante la falta de control postural.
Una de las características de los pacientes con parálisis cerebral es que presentan grupos musculares muy rígidos, lo que provoca posiciones anormales de las articulaciones, que pueden deformarse y provocar contracturas fijas.
Además, tienen problemas de movimiento, posturales, en la marcha y en la coordinación, lo que afecta de manera importante a su autonomía.
En general, algunas de las técnicas más utilizadas en estos pacientes son las técnicas de facilitación neuromuscular propioceptiva, técnicas de fisioterapia respiratoria y ejercicio físico adaptado a las características de cada paciente.
La gran mayoría de los pacientes con parálisis cerebral presentan un cuadro clínico con espasticidad, que debe ser tratado de forma individualizada, mediante un tratamiento dinámico, modificado a lo largo del tiempo.
Para ello debe aplicarse un tratamiento postural, preservando la máxima capacidad funcional y evitando las retracciones articulares; cinesiterapia, equilibrio y marcha, crioterapia, hidroterapia, fortalecimiento de antagonistas, reeducación de las actividades de la vida diaria, etc.
La parálisis cerebral debe ser tratada por equipos multidisciplinares para conseguir los máximos efectos, como parte de un plan de tratamiento integral. La parálisis cerebral en muchos casos obliga a vivir de otra manera, pero no debe impedir vivir una vida plena y completamente funcional.