¿Qué expectativas tenías sobre tu bebé durante el embarazo? Las expectativas de los futuros padres durante el embarazo se basan en una idea de cómo será su bebé y esta idea casi nunca se ajusta a la realidad cuando el bebé nace.
¿Imaginabas que tu bebé sería tranquilo y relajado? ¡Nada más alejado de la realidad! Resulta que tu bebé tiene un temperamento mucho más activo y demandante de lo que esperabas, y requiere una cantidad considerable de estimulación. Y ¡claro! has tenido que adaptar tus expectativas y estrategias de crianza a las necesidades individuales de tu bebé.
Este tipo de ajuste es común y es fundamental para establecer un vínculo sólido con el bebé. Es importante que reconozcas su temperamento único y te adaptes a él para ofrecer el mejor cuidado y crianza posibles.
Por tanto, muchas cosas no son cómo las imaginábamos. A lo largo de los nueve meses de embarazo, los futuros padres imaginan cómo será su bebé y la vida junto a él. Así, se van generando una serie de expectativas sobre la maternidad/paternidad que tendrás que modificar tras el parto.
Preparación emocional ante la llegada del bebé
Durante el embarazo los futuros padres experimentan muchas emociones, ilusiones, temores y deseos asociados al bebé que están esperando. Durante estos meses, se van preparando emocionalmente, en la medida de lo posible, para recibir a su bebé. También, preparan el entorno, desde los espacios en su hogar al mobiliario y demás artículos que creen que necesitarán para cuidar adecuadamente a su bebé.
Esta preparación (emocional y logística) lleva asociadas muchas expectativas sobre cómo será el bebé y qué supondrá la convivencia con él. Para prepararse emocionalmente, los padres han de tratar de anticipar cómo se sentirán cuando tengan a su hijo junto a ellos, qué emociones experimentarán al tomarlo en brazos, cuando le alimenten, cuando llore o mientras juegan con él.
Además, los padres también han de anticiparse a qué es lo que el bebé va a necesitar. No solo deben elegir los artículos para la canastilla del recién nacido, sino también habilitar los espacios de su casa ante la llegada del bebé, elegir el mobiliario y, en ocasiones, incluso cambiar de coche.
Generación de expectativas en el embarazo
Por lo tanto, durante todo el embarazo y más hacia el noveno mes, los padres comienzan a perfilar una idea de cómo será su hijo, tanto física como psicológicamente. Se imaginan cómo será el bebé que están esperando, cómo se comportará, qué necesitará y cómo reaccionarán ellos ante los requerimientos del bebé.
También imaginan cómo se organizarán a su llegada, cómo dormirá el bebé, cómo serán los paseos con él, a qué parque lo llevarán, dónde lo dejarán mientras ellos realizan sus tareas…
Adaptación a la realidad tras el nacimiento del bebé
Sin embargo, estas expectativas pueden no cumplirse del todo tras el nacimiento del bebé. Su temperamento influye enormemente en sus reacciones, necesidades y requerimientos y marcará, en gran parte, cómo será la vida con el bebé.
Así, la organización y forma de vida que los padres habían imaginado durante el embarazo puede no corresponderse a lo que le bebé necesita según su temperamento. Los padres han de adaptarse a las necesidades del bebé para garantizar su bienestar. Muchas veces han de modificar sus esquemas mentales previos para poder amoldarse a lo que su recién nacido reclama.
Flexibilidad para una crianza exitosa
Por tanto, es muy importante que los futuros padres generen expectativas e ideas previas flexibles, fácilmente adaptables a la realidad del bebé.
La flexibilidad mental es una cualidad en la crianza, pues permite a los padres analizar, cuestionarse, reflexionar y, si es necesario, modificar sus ideas, pautas y acciones durante la crianza de sus hijos. Esta flexibilidad debería cultivarse desde la gestación.
Si te habías preparado para momentos de calma y tranquilidad, y la realidad fue diferente (¡casi siempre lo es!), ajusta tus expectativas. Sobre todo observa e interactúa con tu hijo. Al principio debes aprender a manejar su energía, a interpretar sus señales y a comprender sus necesidades.
Adaptarse a su temperamento probablemente te obligue a ajustar tus rutinas diarias, pero esto es algo que beneficiará a toda la familia.