Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer consume a gran velocidad las reservas de las diferentes vitaminas y minerales que se encuentran en su organismo. El hierro, el ácido fólico, el zinc, el calcio y el magnesio, además de las vitaminas de los diferentes grupos (A, B, C y D) pueden obtenerse a través de la alimentación o en forma de suplementos vitamínicos.
Es esencial para la fabricación de hemoglobina, la sustancia de la sangre que suministra oxígeno al feto. Éste necesita un tercio del hierro de su madre para la formación de la sangre y el crecimiento de sus órganos vitales.
Por lo general, el médico tiene que prescribir suplementos de hierro durante la gestación. Entre los alimentos ricos en este mineral destacan los frutos secos, las legumbres, las hortalizas verdes y los cereales integrales.
Junto al hierro, se encarga de formar los glóbulos rojos. En el embarazo, la madre requiere el doble de ácido fólico que en condiciones normales, ya que este componente también actúa sobre el desarrollo del sistema nervioso del feto y previene la aparición de lesiones medulares y malformaciones como la espina bífida.
Los suplementos de esta sustancia son especialmente importantes durante el primer trimestre del embarazo. El ácido fólico se encuentra en las hortalizas verdes como las espinacas, los guisantes o el brécol, así como en los plátanos, los melones o los dátiles.
Ayuda a la futura madre a prevenir las náuseas y a contraer mejor los músculos. Este mineral es esencial también para el correcto crecimiento del feto.
De hecho, está comprobado que una deficiencia de zinc durante el embarazo puede provocar un aborto. La carne, el salvado, los quesos secos y los arenques son alimentos ricos en zinc.
Asegura el normal funcionamiento de los nervios y de los músculos del organismo humano. Además, es básico para la formación de los huesos y los dientes, tanto de la embarazada como del feto.
Puede ayudar a prevenir también los trastornos de la tensión arterial. La leche y otros productos lácteos contienen elevadas cantidades de calcio, al igual que las legumbres, las zanahorias y los frutos secos.
Es normal que el nivel de magnesio en las embarazadas disminuya bastante, causando los molestos calambres en las piernas.
Comer cereales, pescado, soja, leche y carne ayuda a mantener un adecuado nivel de magnesio en el cuerpo y, por tanto, a prevenir los calambres musculares.
Actúa sobre la piel, las mucosas y el desarrollo de los huesos.
Esta vitamina se encuentra en los huevos, la leche y las zanahorias.
Son buenas para el funcionamiento de los tejidos y para el desarrollo de las células.
Las verduras, la leche, los cereales y los huevos son ricos en este tipo de vitaminas.
Funciona en el organismo como antioxidante natural y ayuda a prevenir las infecciones, al tiempo que ayuda a absorber el hierro.
Los cítricos son muy ricos en esta vitamina.
Permite la formación del esmalte de los dientes y la mineralización de los huesos.
Se encuentra sobre todo en los huevos, la leche y el hígado.