La función de la glándula tiroides es como la de un director de orquesta: regula la velocidad de las células y órganos de nuestro organismo. Si la glándula tiroides segrega menos hormonas de las necesarias, nuestro metabolismo se ralentiza. Se estima que el 5% de las embarazadas desarrolla hipotiroidismo. En el embarazo, es importante tratarlo adecuadamente ya que afecta al crecimiento del bebé en el útero, entre otras posibles complicaciones.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se ubica en el cuello, justo debajo de la nuez.
Si tragamos saliva y alzamos el cuello ante un espejo, podemos apreciarla.
La función de la glándula tiroides es muy parecida a la de un entrenador o a la de un director de orquesta.
Realmente no desempeña ninguna función concreta, pero regula la velocidad a la que trabajan las células y lo hace mediante la secrección de hormonas.
El hipotiroidismo se produce cuando la glándula tiroides deja de producir suficientes hormonas tiroideas: tiroxina (T4) y triyodotironina (T3).
Las células y los órganos van a cámara lenta, se ralentizan.
Esta situación tiene repercusiones en nuestro metabolismo y en todas las funciones del cuerpo: desde los latidos de tu corazón (disminución del ritmo cardíaco) hasta el bienestar emocional (depresión).
En este artículo sobre hipotiroidismo en el embarazo:
¿Quién puede padecer hipotiroidismo?
El hipotiroidismo en el embarazo es una condición muy seria, que puede producir crecimiento pobre del bebé en el útero, parto prematuro o incluso, hipertensión en la madre.
Cualquier persona puede padecer hipotiroidismo.
Sin embargo, es una enfermedad que afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres.
Se estima que el 5% de las mujeres desarrolla hipotiroidismo durante la gestación. El hipotiroidismo es más frecuente en mujeres embarazadas con:
- Antecedentes familiares con disfunción tiroidea.
- Infertilidad, aborto o parto pretérmino.
- Embarazadas que viven en zonas con baja deficiencia de yodo.
- Diabetes tipo 1.
El embarazo es una prueba de estrés para la glándula tiroides.
Durante el embarazo, el metabolismo de la madre se acelera para permitir el desarrollo del embrión.
Esto significa que los órganos vitales tienen que trabajar mucho más. De ahí que, al principio del embarazo, la tiroides aumente su producción hormonal. Si la futura madre también sigue una dieta pobre en yodo, puede producirse bocio (abultamiento de la glándula tiroides).
La madre también puede sufrir hemorragia postparto y tener un bebé recién nacido con bajo peso.
El hipotiroidismo en el embarazo es una condición muy seria porque puede producir crecimiento pobre del bebé en el útero, desprendimiento prematuro de placenta, parto prematuro, o incluso hipertensión en la madre. La madre también puede tener hemorragia postparto y un bebé recién nacido con bajo peso.
El 7% de las mujeres que acaban de ser madres también pueden desarrollar hipotiroidismo durante el primer año del bebé. Esta condición se conoce como tiroiditis postparto.
El hipotiroidismo también es frecuente durante la menopausia.
¿Cuáles son los síntomas del hipotiroidismo?
Los síntomas del hipotiroidismo no siempre son claros y evidentes.
Cuando la mujer se queda embarazada, los síntomas de hipotiroidismo pueden confundirse con las molestias del embarazo.
Los síntomas habituales del hipotiroidismo son:
Los problemas relacionados con la tiroides pueden producir infertilidad.
- Mayor sensibilidad al frío.
- Contracturas.
- Entumecimiento (Síndrome del Túnel Carpiano).
- Fatiga o somnolencia.
- Estreñimiento.
- Aumento de peso.
- Cabello y uñas quebradizas.
- Rostro, manos y pies hinchados.
- Disminución de la líbido.
- Infertilidad.
- Abortos espontáneos recurrentes.
- Depresión.
- Dificultad de concentración.
- Mala memoria.
- Demencia.
¿Cuál es el tratamiento durante el embarazo?
En la primera visita al ginecólogo suele realizarse una prueba analítica que mide los niveles hormonales que afectan a la tiroides.
Los problemas relacionados con la tiroides se detectan mediante un análisis de sangre, que mide los niveles de la hormona reguladora del tiroides (TSH).
Una vez diagnosticada la enfermedad, es fundamental iniciar un tratamiento con pastillas de tirosina (versión sintética de la T4) en las dosis adecuadas.
Se recomienda ajustar la dosis cada 4 semanas hasta las 16-20 semanas. Y al menos una vez entre las 26 y 32 semanas.
El objetivo es mantener los niveles de TSH dentro del rango normal para cada trimestre de la gestación.
Tras el parto se recomienda disminuir la dosis de tiroxina y volver a evaluar los de TSH 6 semanas después.
En cualquier caso es el médico o especialista quién debe establecer la pauta correcta para cada caso.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (Grupo de Trabajo de Trastornos por Deficiencia de Yodo y Disfunción Tiroidea) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomiendan que se evalúe precozmente (antes de la semana 10 de gestación) la función tiroidea a todas las mujeres embarazadas. El hipotiroidismo es una enfermedad frecuente, de fácil diagnóstico y para la que se dispone de un tratamiento efectivo antes y durante el embarazo.
Para evitar problemas con la tiroides durante el embarazo, también se recomienda una ingesta adecuada de yodo, entre 150-200 μg/l. En los países con baja deficiencia de yodo, como España, no basta con el consumo de sal yodada. En caso de dudas, consúltalo con el ginécologo.
Fuentes consultadas
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*Este artículo es divulgativo. En ningún caso sustituye la opinión de un médico. Para cualquier duda, consulta a tu especialista.