Muchas sustancias químicas pueden causar malformaciones congénitas en el bebé si la madre las consume. Muchas de ellas son medicamentos. Por esto, durante el embarazo no debe consumirse ningún medicamento sin consultar antes con el médico. El alcohol, las anfetaminas, la cocaína, el litio y el mercurio son algunas de las sustancias químicas con capacidad teratogénica comprobada, es decir, que producen malformaciones congénitas.
Muchas sustancias químicas son perjudiciales para el feto y el futuro bebé. Un caso muy grave sobre el empleo de sustancias químicas en mujeres embarazadas ocurrió en los años 60.
La Talidomida era un fármaco que trataba la ansiedad, el insomnio, las naúseas y los vómitos. Tras su uso se decubrió que muchos niños nacían con graves malformaciones que afectaban al desarrollo de sus extremidades.
Las consecuencias de este caso cambiaron el modo en que los fármacos se desarrollan, prueban y regulan, hoy día.
En la actualidad, se recomienda que las embarazadas no consuman medicinas, a menos que exista constancia de su seguridad.
Todo medicamento puede ser potencialmente dañino para el feto. Es necesario consultar con su médico (no con el farmaceútico, ni con la vecina) antes de tomar cualquier producto.
Las sustancias químicas con conocida capacidad teratogénica, es decir, que producen malformaciones congénitas, son:
- Los antineoplásicos, antimetabolitos o antimitóticos (medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer y la leucemia). Dichos fármacos están diseñados precisamente para alterar el crecimiento celular.
- Las hormonas tiroideas, sexuales o incluidos los anticonceptivos hormonales, por su acción anti-fólico.
- Anticonvulsivantes (Trimetadiona, Ácido Valproico, Hidantoina)
- Alcohol produce el Síndrome Alcohólico Fetal
- Anticoagulantes
- Anfetaminas
- Cocaína
- Litio
- Mercurio