Hemoconcentración, plétora y policitemia son tres nombres que refieren a una anomalía de la sangre del recién nacido, que se espesa por una excesiva presencia de glóbulos rojos. Es más frecuente en embarazos gemelares. Esta circunstancia puede dificultar la circulación del bebé y en algunos casos el médico optará por extraerle sangre. Sólo pasados unos meses se podrá determinar si la hemoconcentración ha causado daños en algún órgano.
Los tres nombres indican que en la sangre hay más glóbulos rojos de los normales, que es más “espesa”.
Cuando durante un embarazo gemelar ha habido una “transfusión” o paso de sangre de un gemelo a otro.
Cuando se ha tardado mucho en pinzar el cordón umbilical.
Podría también deberse a otras causas.
Si la sangre es más espesa, puede haber dificultades para la circulación en las arterias y venas más finas del cuerpo.
Se pueden producir tapones o trombos, y quedar zonas sin riego.
Para evitar eso puede ser necesario extraer sangre al bebé. Eso se llama hacer una “sangría”.
Además, el bebé necesitará más líquidos.
¿Qué consecuencias puede tener?
Es difícil de predecir en los primeros momentos, pero pueden haberse producido alteraciones en la circulación de órganos tan importantes como el cerebro o los riñones.
Sólo cuando han pasado varios meses se podrá conocer el alcance del daño (si lo hubo).