Los bebés dan muestras de querer hablar desde mucho antes de empezar a hacerlo. A los 4-5 meses de vida, casi todos los bebés mueven la boca y emiten sonidos que, en unas semanas, se convertirán en balbuceos. A partir del sexto mes, el bebé es capaz de copiar sonidos de las palabras que oye y ensaya sílabas como “ma”, “pa”…
Desde que nace, el bebé oye los sonidos que emitimos al hablar, pero es durante estos cuatro meses cuando el bebé comienza a relacionar estos sonidos con las palabras y a imitarlos.
Por eso es importante que los padres hablen habitualmente a su hijo, pues así aumentarán el interés natural del bebé por cualquier tipo de sonido, incluyendo el del lenguaje.
Hacia los 4 meses, el bebé comienza a distinguir los tonos de voz. Empieza así a reconocer y a diferenciar a las personas de su entorno. La mayoría de los bebés sonríe cuando el tono de voz es suave o melodioso, pero se atemoriza ante un tono de voz más grave o muy alto. Si a un bebé intranquilo se le habla con suavidad, seguramente terminará tranquilizándose.
Hacia los 4-5 meses, la mayoría de los bebés muestra su deseo de empezar a hablar moviendo continuamente la boca. Utiliza preferentemente sonidos de vocales.
Hacia el final de los 5 meses, el bebé comienza a balbucear, incluyendo sonidos de consonantes, imitando los ritmos y las características del idioma que oye. Los padres observarán que los bebés de entre 5-6 meses vocalizan y «charlan» casi continuamente mientras juguetean.
Entre los 6-7 meses, el bebé empieza a repetir sonidos concretos de las palabras que oye. El bebé puede distinguir el sonido de las vocales y de las consonantes y percibe cómo los sonidos de ambas se combinan.
A veces el bebé repite durante varios días seguidos el sonido de una sílaba, que luego cambiará por el de otra distinta. Aunque estos sonidos silábicos no tendrán sentido para él hasta que cumpla un año, los padres pueden repetirle a su hijo algunas sílabas simples como ma, pa, da, ba,… para reforzarle en el aprendizaje.
También pueden estimularle diciéndole palabras con esa sílaba, como mamá, mano, etc. señalando al mismo tiempo al objeto o a la persona que designa la palabra .
Hacia los 7 meses, el bebé ya reconoce su propio nombre cuando lo oye y algunos niños comienzan a combinar sílabas. También perciben las distintas entonaciones de una pregunta, una afirmación o una negación.
Cada bebé es diferente y evoluciona por tanto de distinta manera, pero no está de más consultar al pediatra si al final de este periodo los padres observan que su bebé no repite sílabas o que ni siquiera balbucea. Podría tener algún tipo de problema auditivo que le dificulte la repetición de los sonidos.