El sueño es fundamental en el aprendizaje infantil. Los niños están aprendiendo constantemente y estos aprendizajes han de consolidarse. Durante el sueño, el cerebro no queda inactivo, funciona para fijar los nuevos aprendizajes.
El aprendizaje es cualquier cambio permanente de una conducta de la persona como resultado de la experiencia. Es el proceso de adquisición de conocimientos, habilidades, valores y actitudes. Una de las principales características del aprendizaje es la imitación o repetición de un proceso observado en otro individuo.
Por otra parte, el sueño es una fase de descanso y reparación física y emocional. Mientras estamos durmiendo se producen dos tipos de sueño:
- Sueño de movimientos oculares rápidos (MOR o REM), durante el cual existe una actividad cortical muy rápida, unida a movimientos oculares también muy rápidos.
- Sueño sin movimientos oculares rápidos (No MOR o NREM). Son etapas del sueño en las que no se observan estos movimientos oculares rápidos.
Se ha comprobado que hay complejas interacciones neurofisiológicas entre algunas estructuras cerebrales que relacionan el sueño MOR y la consolidación de la memoria.
Además, numerosos estudios indican que después de ciertos tipos de aprendizajes complejos aumenta el sueño MOR. Es decir, el sueño ayuda a la consolidación de la memoria y del aprendizaje.
El sueño, por lo tanto, es un estado de reposo pero con actividad, no de desconexión total. Es decir, es un estado de reorganización cerebral, en el que se fijan y se retienen datos. Esto está relacionado directamente con el aprendizaje.
¿Por qué necesitan dormir tanto los bebés?
El bebé necesita reponer fuerzas, madurar y asimilar los estímulos. Dormir es necesario para su desarrollo físico y psicológico. Pero además, se ha demostrado que dormir es necesario para aprender.
Se ha comprobado en adolescentes que después de dormir mejoran las capacidades de aprendizaje y que mejora el desarrollo de tareas motoras e intelectuales.
Es lógico que para que se «retenga o fije» algo en el cerebro sea necesario que se refuercen las conexiones entre las células cerebrales (neuronas) o incluso entre distintas partes del cerebro.
Puesto que la etapa infantil conlleva numerosos procesos de aprendizaje, es obvio que el sueño es fundamental en esta etapa.
El cerebro no permanece inactivo al dormir. Se ha comprobado que una de las áreas más activas es el cerebelo, que es uno de los centros motores del sistema nervioso central. En cambio, las regiones que participan en las emociones (estrés, ansiedad) presentan menos actividad durante el sueño.
Esto podría indicar, según algunos investigadores, que lo aprendido se almacena en zonas más seguras y con menos implicación emocional.
De esta forma, se explica también por qué los niños duermen tanto. Los niños desde que nacen están en un estado casi permanente de aprendizaje motor, coordinando sus extremidades en infinidad de tareas. Tienen mucho que fijar o consolidar y, por esto, necesitan dormir mucho en este periodo.
¿Sabías que…
Aguantamos más tiempo sin comer que sin dormir. Los bebés duermen una media de 18 horas. Durante el sueño segregamos la hormona del crecimiento. La falta de sueño está relacionada con el hecho de sufrir obesidad y sobrepeso. |