La lectura es una de las claves para el óptimo desarrollo intelectual de los niños. Algunos padres piensan que no merece la pena leer cuentos a los bebés antes de los 2 o 3 años. Sin embargo, algunos especialistas recomiendan iniciar a los niños en la lectura a partir de su sexto mes de vida. De este modo, se les acostumbra a escuchar y se les estimula a hablar.
Los padres, junto con los educadores, son los principales responsables de familiarizar a los hijos con los libros e iniciarlos en la maravillosa aventura de la lectura.
Los libros, sus historias, son la herramienta perfecta para que conozcan su entorno y el mundo que les rodea, además de enseñarles valores y mejorar su educación.
Por tanto, son fundamentales para su desarrollo y cuanto antes empecemos a leerles un cuento, antes se iniciarán en el fascinante mundo del lenguaje, que además les permitirá aprender a expresarse correctamente en el futuro.
La edad recomendada para iniciar a tu hijo en la lectura es a partir de los 6 meses, según la Academia Americana de Pediatría (The American Academy of Pediatrics). No hay que olvidar que este criterio siempre es orientativo.
Si los padres observan que el bebé a esta edad no emite ningún sonido, no responde a su nombre o no coge objetos podría tener alguna alteración en su desarrollo. En caso de preocuparte su evolución consulta la tabla de alertas y coméntalo con el pediatra.
Al principio los bebés no prestan mucha atención al contenido, más bien utilizan los libros como un juego o un juguete. En esta etapa, algunos padres, cuando observan que su hijo no se interesa por la lectura, desisten de seguir leyéndoles libros hasta que el niño no se hace un poco más mayor.
Aunque parezca que no les presta mucha atención, tu bebé está empezando a familiarizarse con los libros. Y al jugar con ellos, se está estimulando su desarrollo psicomotor ya que los coge, los agarra, se los lleva a la boca…
Un consejo para conseguir captar su atención es interactuar con el bebé. Los padres no deben limitarse a sentar al niño en su regazo. Es importante señalar los objetos y describir las figuras que aparecen en los libros. Por ejemplo: «mira el sol en lo alto del cielo. Es redondo y de color amarillo«.
Existen diferentes tipos de libros para bebés que, sobre todo, se diferencian por sus materiales, aunque también por su contenido. En el mercado podemos encontrar libros de tela rellenos de gomaespuma, libros hechos de cartón, libros de plástico que flotan en el agua y libros con sonidos y diferentes texturas.
Más adelante, cuando los niños son pequeños, podemos conseguir despertar su curiosidad y poco a poco, querrán saber más sobre las divertidas aventuras de sus personajes favoritos o sobre la temática de las diferentes historias.