En la semana 27 del embarazo el futuro bebé ya pesa aproximadamente 1 kg y ocupa casi todo el espacio en el útero. ¡Seguro que ya puedes notarlo con las manos!
En la semana 27 de embarazo, el feto ya pesa alrededor de 1 kg y mide unos 35 cm de largo. Todavía es un bebé delgado pero en las semanas sucesivas, su peso se triplicará.
Acabas de entrar en el tercer trimestre del embarazo.
A partir de ahora necesita acumular grasa. Esta grasa le permitirá adaptarse a la temperatura exterior cuando nazca, pero también es muy importante para el desarrollo fetal.
Si apoyas tus manos sobre la tripa, ya puedes notar a tu hijo y establecer un contacto táctil con él mediante un suave masaje.
Diversos estudios demuestran que el bebé es capaz de sentirlo y que responde a este agradable estímulo con patadas.
Este tipo de comunicación directa con el bebé ejerce efectos beneficiosos sobre él. A la madre le aporta seguridad y tranquilidad en esta fase del embarazo.
¡Recuerda que también puede darlo el padre!
En esta semana la actividad del feto es constante, una señal de que su cerebro está desarrollándose cada vez más.
El bebé no para quieto: se chupa el dedo, abre y cierra los ojos, da patadas. También percibirás con más intensidad el hipo del bebé que se produce al tragar líquido amniótico.
No te inquietes ya que toda esta actividad es un indicador del bienestar fetal.
Además a partir de ahora si naciera prematuro, sus probabilidades de sobrevivir aumentan (cerca del 80 % de los bebés prematuros de 27 semanas sobreviven) siempre que reciba cuidados especiales en una unidad de cuidados intensivos neonatales.
Los ciclos de sueño y vigilia del feto comienzan a regularse
En torno a la semana 27 de embarazo, los ciclos de sueño y vigilia del feto comienzan a ser regulares. Esto no quiere decir que el feto responda a un horario de sueño.
Significa que su desarrollo cerebral le permite empezar a tener ciclos relativamente regulares, aunque el sueño del bebé no se regulará completamente hasta pasado el primer año de vida.
Aún así, el feto pasa la mayor parte del día durmiendo, pero ya puede empezar a observarse que se suele mover todos los días alrededor de las mismas horas. Es decir, que suele estar más activo en determinados momentos del día.
El sentido de la vista del bebé
Los ojos del bebé se están desarrollando y continua evolucionando el sentido de la vista. Así los parpados en esta semana se abrirán. Han estado cerrados hasta ahora porque estaban formándose.
Además al estrecharse el grosor del útero debido a su crecimiento, el bebé puede percibir la luz exterior.
También durante esta semana de grandes cambios, el bebé se lleva las manos a la cara sin tocarse los ojos.
Los órganos reproductores del bebé
Los testículos del niño bajan hacia el escroto mientras que los ovarios de las niñas tienen ya todos los folículos.
En los testículos aparece una cantidad de líquido alrededor que se llama «hidrocele» y que desaparece al poco de nacer.
Además un músculo llamado cremaster los proteje del frío, ya que los hace subir a la ingle cuando la temperatura es baja.
Síntomas que experimenta la embarazada en la semana 27
La mujer embarazada de 27 semanas está experimentando los síntomas típicos del tercer trimestre del embarazo, asociados al aumento de peso y a los cambios hormonales.
Es normal que el tamaño de tu tripa te haga sentir desprotegida. Recuerda que tu bebé se encuentra en un entorno muy seguro dentro del útero y cubierto por el líquido amniótico. Además está recibiendo todo lo que necesita para vivir: alimento, oxígeno y calor.
Los cambios hormonales pueden producir cambios de humor. Pero estas alteraciones emocionales se pueden acentuar porque el parto y la llegada del bebé se van acercando.
Es aconsejable que la mujer pueda expresarse con su pareja y personas cercanas, compartir sus inquietudes, temores y deseos.
A muchas mujeres embarazadas les reconforta poder hablar con otras en su misma situación. Los cursos prenatales o de preparación al parto pueden ser un buen espacio para ello.
Debido al tamaño que ya tiene la barriga la madre se puede sentir desprotegida y tratará de cubrirla con sus brazos. Son las primeras señales del instinto protector que desarrollará con sus hijos.