El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar daños graves al feto.
El alcohol llega, a través de la sangre, directamente al bebé.
Las toxinas del alcohol resultan especialmente nocivas para el feto a lo largo de todo el período de gestación.
Debe eliminarse totalmente el consumo de alcohol durante el embarazo para evitar riesgos innecesarios.
Muchas mujeres no lo toleran durante la gestación, por lo que abandonar su consumo no supone un esfuerzo adicional.
Cuando una mujer embarazada toma bebidas alcohólicas, el alcohol llega al feto rápidamente a través de la sangre.
Si se abusa del mismo durante el embarazo se puede producir el síndrome alcohólico fetal, que puede provocar malformaciones en el feto, además de problemas físicos y mentales.