Cuando el embarazo se prolonga más allá de la semana 42, puede hablarse de embarazo tardío o gestación prolongada. A partir de la semana 40, se debe controlar el embarazo y practicar una serie de pruebas que descarten posibles complicaciones. La insuficiencia placentaria o el excesivo tamaño del bebé son las complicaciones típicas del embarazo prolongado.
La mayoría de los embarazos tiene una duración de entre 38 y 42 semanas. Si el parto se produce en este periodo de tiempo, aunque no tenga lugar en la fecha estimada del parto, se dice que el feto está a término. Sólo un porcentaje muy reducido de bebés nace en la fecha prevista.
Cuando el embarazo se prolonga más allá de la semana 42, se habla de embarazo tardío o gestación cronológicamente prolongada. Para determinar si se trata o no de una gestación cronológicamente prolongada, el ginecólogo debe averiguar la edad gestacional del feto.
A menudo lo que existe es un error en la fecha de la concepción porque la mujer puede tener periodos irregulares o no sepa con exactitud cuando tuvo su última regla.
Existen diversos métodos para establecer la edad gestacional del feto. El más fiable es la longitud en milímetros del embrión en el primer trimestre del embarazo, que se observa mediante ecografía. Estas dimensiones están tabuladas con su correspondiente edad gestacional y el margen de error no suele ser mayor de tres días.
Si la gestación se prolonga más allá de la semana 42, el feto puede sufrir una serie de riesgos. Por un lado, sigue creciendo, lo que puede provocar problemas en el parto si alcanza un tamaño demasiado grande. También puede producirse una insuficiencia placentaria con un menor aporte de oxígeno y nutrientes al feto y una disminución en la producción de líquido amniótico.
Además, el feto puede expulsar meconio, una sustancia de desecho que se encuentra en su intestino y que es una señal de sufrimiento fetal.
Se dice que los bebés nacidos después de la semana 42 son hipermaduros o postmaduros. Su aspecto físico es algo distinto al de un bebé nacido a término. Suelen estar arrugados por su mayor permanencia en el líquido amniótico y su piel, seca y cuarteada, se pela. A veces tienen un aspecto verdoso por las manchas de meconio y las uñas y el pelo más largos.
A partir de la semana 40 de la gestación, se debe controlar muy estrechamente a la embarazada y al feto y practicarse las pruebas necesarias para determinar si se trata de una gestación cronológicamente prolongada con riesgos o complicaciones. Si el embarazo es normal y el feto parece saludable, se puede esperar a que el parto se inicie espontáneamente.
Si en algún momento se detectan problemas, se induce el parto o se practica una cesárea. En ocasiones, los bebés deben permanecer en la unidad de cuidados neonatales del hospital durante unos días.
Pero debes saber que…En la actualidad, prácticamente ningún ginecólogo permite que la gestación vaya más allá de las 42 semanas. |