Las grietas, mastitis y galactoforitis son problemas que aparecen con frecuencia durante la lactancia y que pueden tratarse sin necesidad de dejar de dar el pecho. Para ello, es importante que la madre pida información al profesional adecuado.
La mastitis, las grietas en los pechos y la galactoforitis son algunos de problemas en los pechos que pueden surgir durante la lactancia materna.
Conviene dirigirse a algún experto en temas de lactancia.
Un recurso interesante es acudir a los grupos de ayuda a la lactancia locales o a La Liga de la Leche Internacional, que tiene monitoras en casi todo el mundo.
A veces los médicos no tienen tiempo para dedicarse a comprobar la técnica de lactancia y con demasiada facilidad recomiendan pasar a lactancia artificial.
Grietas en los pechos durante la lactancia materna
Las grietas aparecen en los pechos sobre todo al principio de la lactancia. La humedad y la succión reblandecen la piel de la aréola y favorecen su formación.
A veces son tan dolorosas que impiden dar de mamar, pero conviene saber que el dolor dura sólo unos segundos y no continúa durante toda la tetada.
La infección de las grietas se evita aplicando un poco de la propia leche como si fuera una pomada.
La exposición de los pechos al sol y al aire ayudará a curarlas antes. También conviene asegurarse de que el bebé chupa de la aréola y no sólo del pezón.
Para que se curen antes trata de cambiar la postura en que das el pecho por unos días.
Existen muchas pomadas que tradicionalmente se recomendaban para las grietas. La mayoría contiene productos inadecuados para el bebé, tales como lanolina, hormonas, vitamina E, corticoides y anestésicos locales. Es mejor prescindir de ellas.
Galactoforitis durante la lactancia materna
La galactoforitis es la obstrucción de uno o varios conductos que transportan la leche hasta el pezón que causa un pequeño bulto bajo la piel.
Estos bultos pueden estar en cualquier parte del pecho, pero el sitio más habitual es en zonas cercanas a la axila.
Se suele solucionar con masajes y aplicando calor para conseguir la circulación de la leche.
Suele ocurrir sólo en las primeras semanas de lactancia.
Mastitis de la mujer lactante
La mastitis es una infección de las mamas causada por bacterias que se combate generalmente con antibióticos.
Si la mujer nota alguno de los síntomas de la mastitis, como hinchazón y enrojecimiento del pecho, dolor, fiebre y malestar general, debe comunicárselo a su médico de inmediato.
No es necesario interrumpir la lactancia si se sufre una mastitis. De hecho, la succión del bebé es lo que mejor ayuda a vaciar el pecho y es menos dolorosa que un sacaleches.
El médico le recetará antibióticos que son seguros para el bebé. Debe asegurarse de que continua tomando la medicina aunque se encuentre mejor.
La mastitis puede ser un signo de que las defensas del sistema inmunitario están a un bajo nivel.
Algo de descanso, horas de sueño y una disminución de la actividad física le ayudarán a recobrar las energías.