Un estudio realizado por investigadores estadounidenses señala que los bebés de 6 meses reaccionan fascinados ante las carcajadas de sus padres.
Aunque parezca mentira, el sentido del humor es algo que aprendemos de nuestros padres. Este aprendizaje empieza a desarrollarse a los 6 meses de edad, momento en el que los bebés están pendientes de todas las reacciones emocionales de los papás.
Para los bebés de esta edad, si los padres muestran algún tipo de indiferencia ante un determinado hecho, ellos probablemente también la mostrarán. En cambio, si los padres se ríen a carcajadas, los bebés se mostrarán fascinados.
Un estudio publicado recientemente en la Asociación Británica de Psicología (BPS) y realizado por un equipo de expertos estadounidenses, entre los que se encuentra Gina Mireault, de la Johnson State College, y John Sparrow, de la Universidad de New Hampshire, señala que a los 6 meses de edad, los bebés todavía no son capaces de decidir si algo les parece divertido o no. Pero buscan la reacción de sus padres, y lo más fascinante: la copian. Así se desarrolla el sentido del humor.
De esta forma, para los autores del estudio, los padres se convierten en una fuente de información emocional para los bebés. Y en un vehículo extraordinario para entender el desarrollo infantil, emocional y social de los niños.
¿Cómo se desarrolla el sentido del humor en los bebés?
Los bebés de 6 meses miran atentamente a sus padres y se muestran fascinados cuando estos se ríen a carcajadas. De esta forma se desarrolla el sentido del humor, según los investigadores.
Para realizar el estudio, los expertos analizaron el comportamiento de 30 bebés de 6 y 12 meses.
Los investigadores expusieron a los padres a 2 situaciones: una común y otra absurda, extraña. La acción ordinaria consistía en leer un libro y observar una pelota roja de gomaespuma. La absurda, en cambio, en colocar el libro sobre la cabeza del investigador y la pelota roja de gomaespuma sobre su nariz. Ante estas situaciones, los padres tenían que reaccionar de forma natural, sin mostrar ningún tipo de expresividad o riéndose.
Los investigadores observaron que a los 6 meses las reacciones de los bebés dependían, de alguna forma, de las reacciones que mostraban sus padres, sobre todo cuando se reían, aunque no tanto cuando se mostraban inexpresivos. Mientras que a los 12 meses, los bebés manifestaban su propio sentido del humor sobre lo que les hacía gracia o no.