La hidrocele es una alteración del bebé que le produce un acúmulo de líquido dentro del escroto. Se caracteriza porque el escroto se presenta abultado. Los padres del bebé que tiene hidrocele sólo tienen que llevarle a las revisiones rutinarias. Generalmente, suele tener que operarse en algún momento de la vida del niño. Es un trastorno que no suele presentar complicaciones.
La hicrocele es el acúmulo de líquido dentro del escroto. Puede estar presente desde el nacimiento o aparecer más adelante.
La hidrocele se produce porque el líquido puede haber quedado atrapado allí en el momento en que se cerró el conducto inguinal (ver hernia inguinal).
En este caso, tenderá a desaparecer, poco a poco, a lo largo de unas cuantas semanas. O bien se puede ir deslizando desde el abdomen, porque el conducto no está completamente cerrado.
En este caso, el tamaño del hidrocele cambiará a lo largo del día. Se llama entonces hidrocele “comunicante”.
El bebé con hidrocele tendrá el escroto abultado. Bien uno o ambos lados.
A veces el lÍquido está en tensión y no se pueden palpar bien los testículos.
Si pone una linterna encendida en la parte más baja del escroto, se verá el contenido líquido, de color rosado, y se diferenciará del testículo que es algo más oscuro.
El hidrocele comunicante cambiará de tamaño a lo largo del día. Esto es más evidente cuando el niño empieza a andar y pasa más tiempo de pie.
Nada. Observar al bebé y acudir a las revisiones médicas habituales.
No. Sólamente conviene comprobar que el testículo puede desarrollarse y no está comprimido.
El hidrocele comunicante suele necesitar ser operado tarde o temprano.