La información sobre los orígenes es una parte esencial para la construcción de la identidad de la persona. El conocimiento sobre los propios orígenes tiene una función esencial en la vida de las personas. Los hijos de madres solas por elección necesitan que se les transmita su procedencia para poder construir su identidad personal sobre una base sólida.
Las madres solas por elección, generalmente, han podido hacer realidad su deseo de ser madres recurriendo a técnicas de reproducción asistida.
De esta manera, en la concepción del bebé participa un donante anónimo como padre biológico del niño. Así, la madre realiza una representación simbólica de esta persona anónima y establece una relación imaginaria con él.
Esta representación de la madre y la relación simbólica que establece con el donante será la base de la transmisión al niño de la madre sobre sus orígenes.
Así, los orígenes biológicos del bebé se componen de la participación de su madre y del donante anónimo, sobre el cual poseen una información muy limitada, casi nula.
Sin embargo, el bebé, a medida que vaya creciendo y construyendo su identidad personal necesitará conocer sus orígenes. De hecho, estos orígenes forman una parte fundamental de la identidad personal de todas las personas.
Por ello, es importante que la madre esté preparada para transmitir adecuadamente a su hijo cuáles son sus orígenes y propiciar que el niño construya su identidad personal adecuadamente.
¿Cómo explicar sus orígenes al niño?
La información sobre sus orígenes es esencial para la construcción de la identidad personal del niño. Esta construcción es un proceso dinámico que dura toda la vida de la persona, pero que forma su base en la infancia. Por ello, la transmisión de la información sobre sus orígenes debe hacerse a lo largo de este proceso.
Esto significa que no debe transmitirse en un momento puntual como una información aislada. En realidad, esta información debe ofrecérsele al niño como parte integrada de su vida, desde siempre.
Es importante que la información sobre su origen biológico se le dé al niño de forma adaptada a sus características evolutivas. En función de su edad, el niño comprenderá esta información de forma distinta. Al principio, necesitará tener una imagen de la figura del donante más concreta, basada en aspectos reales que él conoce (por ejemplo, es un señor parecido al abuelo o al tío…).
A partir de los 6 o 7 años de edad, el niño será capaz de elaborar representaciones simbólicas, lo cual le permitirá trabajar la imagen del donante a otro nivel cognitivo, el nivel simbólico.
No obstante, para trabajar la transmisión de los orígenes del niño es muy positivo posibilitar que éste pueda tener como referencia un grupo de iguales. Para ello, las asociaciones de familias monoparentales pueden tener una función importante. En ellas, el niño encontrará otros niños con los que poder identificarse.