Las mujeres que crían a sus bebés ellas solas presentan algunas peculiaridades en su crianza. La ausencia de una pareja permite a la madre una dedicación más exclusiva a las necesidades de su bebé y a las suyas propias. La organización del tiempo y las tareas en sunción del bebé les permiten a estan madres dar el pecho y dormir con su bebé con facilidad.
La crianza de los hijos de madres solas por elección tiene muchos elementos comunes con la crianza de bebés de otros tipos de familias. Sin embargo, también posee peculiaridades propias de la situación de monoparentalidad femenina.
Las madres solas por elección se caracterizan, generalmente, por ser mujeres de 30-40 años, activas en los acontecimientos que rodean su vida, con buena capacidad de adaptación a los cambios y que poseen vínculos emocionales sólidos con las personas de su entorno.
Estas fortalezas de su personalidad propician que estas mujeres desarrollen, por lo general, la crianza de sus hijos de una manera consciente y reflexiva. Puesto que son ellas solas las que toman en último lugar las decisiones sobre la crianza de sus hijos y marcan la dirección de la misma, en muchos casos se encuentran más libres a la hora de establecer cómo quieren cuidar a sus hijos
Asimismo, el hecho de no tener una pareja, la cual también requeriría atención por parte de la mujer, permite a estas madres una dedicación más exclusiva a sus bebés y una organización de su vida cotidiana centrada en las necesidades del bebé y las suyas propias..
Estas peculiaridades inciden claramente en algunos hábitos de estas familias.
Madres solas, lactancia y colecho
Cuando una mujer tiene un bebé ella sola, sin una pareja, y decide dar el pecho a su bebé, el hecho de no tener que coordinarse con su pareja para el desarrollo de la vida cotidiana hace que, de una manera natural, esta madre le dé a su bebé el pecho a demanda con facilidad.
El hecho de estar ella sola con su bebé la permite organizarse plenamente en función de las necesidades de su bebé y las propias. De esta manera, le es sencillo adecuar sus horarios de actividad a los del bebé, sin tener que ponerse de acuerdo con otro adulto. Puede dormir cuando el bebé duerma, o aprovechar el sueño del bebé para realizar sus tareas, en fin, organizarse de la manera más adecuada para los dos.
Así, puede estar más fácilmente disponible para ofrecer el pecho a su bebé siempre que éste lo demande.
Del mismo modo, las madres solas pueden decidir por sí mismas si quieren dormir con su bebé. En su caso, no han contar con la aceptación de otro adulto, son sólo ellas quienes deciden.
Al no dormir en pareja y no tener muchos de los prejuicios sociales asociados al colecho (muchos de ellos, de tipo sexual), las madres solas pueden decidir practicar el colecho más libres de estereotipos sociales.
De hecho, en algunos estudios se ha podido comprobar que las madres que familias biparentales acostumbraban a dormir con sus bebés cuando el padre, circunstancialmente, estaba ausente.
Así pues, la crianza de los bebés de madres solas presenta, entre otras, algunas peculiaridades relacionadas con la lactancia y el sueño. No obstante, es imprescindible tener en cuenta que cada madre es distinta y cada bebé único y se producirán formas de crianza diferentes en cada familia.