Después de la baja por maternidad, que en España dura 16 semanas, las madres tienen que volver a sus puestos de trabajo. Es, entonces, cuando muchos padres se preguntan quién debe cuidar ahora del bebé en nuestra ausencia. En función de cada caso, las opciones son tres: elegir una guardería, contratar una niñera o dejar al niño al cuidado de los abuelos. ¿Cuál es la tuya?
En las nuevas estructuras sociales, donde la madre y el padre trabajan, es muy importante saber elegir y compartir el cuidado de los hijos con terceras personas. A veces buscar a la persona idónea no es una tarea fácil.
Tras la baja por maternidad, los padres tenemos que retomar nuestro trabajo. Y poco antes de que se produzca este hecho, tenemos que plantearmos quién va a cuidar del bebé a partir de entonces. Ésta es una decisión que debemos tomar con antelación, calma y sin prisas.
Por lo general, dejar al bebé con alguien a quien no conocemos genera cierta desconfianza en muchas madres y supone un gasto que no todo el mundo se puede permitir, por lo que frecuentemente se recurre a los abuelos para cuidar de los niños pequeños mientras los padres cumplen su horario laboral.
Sin embargo, esta situación no siempre es así ya que algunas madres no quieren sobrecargar a los abuelos o no pueden disponer de esta ayuda (viven lejos de su familia) o bien los abuelos no se pueden hacer cargo de los niños por enfermedad.
En estos casos a los padres no nos queda más remedio que buscar otras alternativas como contratar a una cuidadora o llevar al bebé a una guardería.
Independientemente de la opción que elijamos, los primeros días suelen ser duros para la madre, ya que las primeras ocasiones en que se separa del bebé pueden generar un sentimiento de culpabilidad por dejarlo con otras personas. Se trata de una sensación lógica al ser la primera separación prolongada entre madre e hijo.
Existen teorías procedentes del psicoanálisis que indican que este sentimiento de inquietud y preocupación se debe a los recuerdos que las madres guardan a su vez de las primeras separaciones de su progenitora.
Este sentimiento desaparece a los pocos días y tanto las madres como los niños pequeños se acostumbran sin problemas a la nueva situación.