Fue diseñada con fines didácticos. Se utiliza solamente en España.
Clasifica los alimentos en plásticos (contribuyen a la «construcción» de tejidos), energéticos (proporcionan energía) y reguladores (regulan el metabolismo).
Según este modelo, el secreto de una alimentación equilibrada está en combinar alimentos de todos los grupos a lo largo del día.
Por ejemplo, un desayuno que contenga:
- Un zumo natural o una pieza de fruta (regulador).
- Una tostada con aceite o mantequilla (energético).
- Un vaso de leche, con o sin café (plástico).
Pero si bien se aconseja que cada comida incluya alimentos de los distintos grupos, la proporción debe ser mayor para los reguladores y menor para los otros grupos.
Alimentos plásticos o formadores
Son los que contribuyen a la «construcción» de tejidos (hueso, sangre, músculo…). Incluyen todos los alimentos proteicos: carnes, pescados, mariscos, huevos, vísceras y la leche.
Nuestro cuerpo, nuestros músculos, las células… se componen de proteínas. Cada proteína está formada por muchos aminoácidos, en forma de cadenas, que se mezclan en una especie de “argamasa”. Podemos decir que son como “ladrillos”.
El ser humano (y los otros seres vivos) forma sus propias proteínas a base de juntar aminoácidos que obtiene de los alimentos. O sea que, cuando comemos carne o un bocadillo de chorizo, o un plato de lentejas y digerimos esas proteínas, en el intestino se separan los “ladrillos” que las componen y tu cuerpo aprovecha esos ladrillos para sus propias células, para construir sus propios músculos o tejidos.
Alimentos energéticos
Son los que proporcionan energía. Las principales fuentes de energía en la alimentación son las grasas y los azúcares o hidratos de carbono.
Así pues, en este grupo, hay dos sectores:
- El aceite, manteca, beicon…
- El pan, pasta, cereales, patatas…
Alimentos reguladores
Son los que contienen vitaminas y minerales, así como otros componentes que son necesarios en pequeñas cantidades, pero que sirven para regular el metabolismo.
Incluyen todas las frutas y verduras. Algunos alimentos, como los frutos secos, las legumbres y la leche no quedan del todo incluidos en ninguno de los anteriores y forman un grupo mixto.