En general, se suelen comenzar a introducir alimentos sólidos en la dieta del bebé en torno a los seis meses de edad. Será el pediatra quien irá marcando qué alimentos introducir y cuándo. Los padres podemos facilitar la adaptación a la alimentación sólida del bebé propiciando un ambiente cómodo y seguro a la hora de comer.
Hasta los seis meses el bebé sólo debe tomar leche materna o artificial . A partir de entonces es posible empezar a ofrecerle otros alimentos, ya que pierde el reflejo que le hace empujar la lengua contra la cuchara o cualquier otro objeto o alimento que se introduzca en la boca.
Siguiendo siempre el consejo del pediatra, este momento se convierte en una fecha ideal para iniciar este proceso de alimentación sólida.
Con el fin de evitar situaciones de asfixia cuando se inicie la toma de alimentos sólidos, siente bien al bebé sobre sus piernas o en una silla de niño. En el caso de que su hijo llore o rechace la comida, no insista, pospóngalo una semana o dos e inténtelo de nuevo entonces.
La incorporación de alimentos sólidos es un un proceso gradual que requiere algo de tiempo y paciencia.
Al principio intente alimentarle a la hora que convenga a ambos, madre y bebé. Cuando crezca ya querrá comer con otros miembros de la familia y en esa época es mejor que adapte al niño a las horas de comida del resto de la familia.
Utilice siempre una cuchara para darle sólidos. Al emplear la cuchara y no el biberón se controla mejor lo que come el bebé y se evita que engorde en exceso.
Conviene hablarle al tiempo que se le dan pequeñas cantidades de comida. Es probable que el bebé expulse la comida las primeras veces. Si es así, puede probar a darle algo de leche y luego darle cucharadas pequeñas con muy poca cantidad y acabar la comida dándole más leche.
Como la mayoría del alimento no lo ingerirá, debe aumentar gradualmente la cantidad hasta que se acostumbre a comer sólidos.
Es muy importante no insistir en que el bebé se termine el plato o el biberón cuando empieza a escupirlo o a retirar la cabeza, precisamente porque esto le ayudará a conocer la diferencia entre hambre y saciedad y evitará fobias y comportamientos anormales a las horas de comer.
Este es un buen momento para acostumbrar al pequeño a comer adecuadamente: sentarse, tomar pequeñas cucharadas, descansar y dejar de comer cuando se está lleno. Estas lecciones serán algo que aprenda para el resto de su vida.