Las características del desarrollo social en la primera infancia se utilizan, muchas veces, como argumento a favor de la escolarización temprana de los niños. Sin embargo, en niños menores de tres años, las características evolutivas apuntan en la dirección contraria a la escolarización.
Cuando unos padres deciden dejar a su bebé al cuidado de una Madre de Día, suelen esperar que su hijo reciba una atención personalizada, una interacción continuada y un intercambio afectivo permanente con la cuidadora.
Sin embargo, para ello es necesario que el número de niños sea reducido. Es decir, que se renuncia a la compañía de un gran número de niños. Esta renuncia hace que algunos padres se planteen si están limitando la socialización de su pequeño por no llevarlo a una guardería.
La duda más frecuente de los padres a la hora de elegir entre dejar a su hijo con una Madre de Día o en la guardería es en cuál de los dos ambientes se socializan mejor los niños.
Muchos padres creen que en las guarderías se fomenta el desarrollo social de los pequeños porque están en contacto con un mayor número de niños.
Pero, ¿hasta qué punto esto es así?, ¿cómo se relacionan realmente los niños menores de 3 años? Para valorar una u otra opción, debemos tener en cuenta el desarrollo social de los niños pequeños.
¿Cómo se produce la socialización de los niños pequeños?
Pues bien, si atendemos a las características evolutivas de los niños, las relaciones con los iguales comienzan a producirse a partir de los 3 años de edad. Antes, los niños no están preparados para establecer relaciones adecuadas entre iguales.
Hasta los 3 años, las relaciones sociales de los niños se centran en el establecimiento del vínculo afectivo con su figura de apego (la madre, generalmente) y, posteriormente, la relación con otros familiares cercanos (padre, hermanos, abuelos…).
Es decir, los menores de 3 años necesitan relaciones basadas en el cuidado, el afecto y la atención por parte del adulto para construir su confianza básica en el mundo que le rodea.
Estas relaciones preparan al niño para, después, poder iniciar las relaciones con los iguales. No es hasta los 3 años de edad, aproximadamente, cuando el niño está preparado para ello.
En las relaciones entre iguales, los niños han de compartir, rivalizar, disputar, establecer acuerdos, respetar turnos, empatizar… Para ello, necesitan haber desarrollado previamente unas habilidades sociales y personales que, evolutivamente, no suelen darse hasta los 3 años y para lo cual requieren una basa afectiva sólida y experiencias previas.
Por tanto, en lo que se refiere a la socialización de los niños, las Madres de Día son una buena opción, pues no fuerzan de manera anticipada las relaciones entre iguales y dan respuesta a las necesides de cuidado, afecto y atención de los menores de 3 años.