El exceso de deberes que los niños tienen que hacer en casa constituye una carga grande para muchas familias. Los deberes impiden, muchas veces, que el niño realice otras actividades importantes como jugar, estar al aire libre, pasar tiempo en familia y han demostrado no ser educativos.
En los últimos tiempos se ha observado que el número de horas que dedican los escolares a hacer los deberes está aumentando. Además, cada vez se empieza a mandar deberes antes, es decir, a niños más pequeños.
La principal asociación de padres de alumnos de Francia ha intentado promover un debate sobre la utilidad de los deberes, ya que consideran que son una carga excesiva para los niños. Los deberes aumentan las horas de estudio e impiden el desarrollo de otras actividades.
En España, la CEAPA (Confederación de Padres y Madres de Alumnos) ha respaldado esta idea. En general, las asociaciones de padres consideran que los deberes producen tensiones entre padres e hijos. También constituyen un problema para los padres que trabajan hasta tarde y favorecen a las familias con más posibilidades económicas, que pueden contratar profesores y academias.
En general, la duda que se plantea es la siguiente: si además del horario escolar (de 9 de la mañana a 5 de la tarde), el niño dedica dos horas al estudio en casa, ¿cuándo juega, hace deporte o realiza otras actividades? Es decir, ¿cuánto tiempo dedica el niño a ser niño?
Los deberes no parecen ser beneficiosos para el aprendizaje. El cansancio y la obligación de hacer deberes y no poder jugar o divertirse producen un efecto negativo sobre los niños. Esto les hace ver negativamente el colegio y el proceso de aprendizaje.
En este artículo sobre los deberes:
¿Por qué se siguen mandando deberes?
Hay muchas explicaciones. En muchos países, la educación es un negocio, que fomenta la competitividad y el rendimiento máximo.
En Estados Unidos, muchos colegios privados se han convertido en centros de preparación de pruebas obligatorias. Los colegios compiten entre sí para ser los mejores en cuanto a consecución de pruebas.
Esto ocurre también en España. Los deberes entran en este ámbito, puesto que, en algunos colegios, puntúan.
Otra explicación es que los profesores, a veces, desconocen cómo funciona el aprendizaje y no se dan cuenta de que obligar a los alumnos a hacer problemas de matemáticas o ejercicios de gramática no les ayuda a pensar o a entender.
Esto sólo genera conductas automáticas, grabar en el cerebro fechas y datos sin sentido.
¿Cómo funciona el aprendizaje?
El aprendizaje consiste en organizar la enseñanza alrededor de temas, preguntas y problemas, dando a los niños la capacidad de entender, distinguir y correlacionar ideas.
De esta manera, los niños empiezan a disfrutar del aprendizaje. El problema es que algunos profesores y padres no saben exactamente qué deben hacer para motivar a los niños.
El aprendizaje debe ser participativo y activo. El niño debe colaborar en su propio aprendizaje y divertirse con él. Si el aprendizaje es interesante, el niño deseará realizarlo y se sentirá a gusto en la escuela o en casa.
El sistema educativo actual no es atractivo. Los niños no consideran que aprender sea agradable. Deberíamos plantearnos entre todos (padres, profesores y gobernantes) cómo podemos conseguir que nuestros niños deseen aprender y disfruten con ello.
Como hemos comentado, los deberes no parecen ayudar a conseguir este objetivo.
Participa en nuestra encuesta |