Cuando se practica el colecho, muchas veces surge la pregunta sobre cuándo debe empezar el niño a dormir solo. Lo idóneo es esperar a que el niño esté preparado para ello. En algunos estudios sobre sueño infantil se ha encontrado que lo óptimo es que los niños duerman con sus padres hasta los 5 años de edad.
Muchas familias que practican el colecho se preguntan hasta qué edad debe dormir el bebé o el niño en la cama de los padres. Expresado de otra manera, algunos padres quieren saber cuál es la edad idónea para que el niño abandone su cama y comience a dormir solo, en su propia cama y en su dormitorio.
El requisito principal que ha de cumplirse para que el colecho sea una práctica de descanso positiva es que todos los miembros de la familia estén de acuerdo en practicarla. Generalmente, esta decisión la toman los padres cuando el bebé es pequeño.
Del mismo modo, la decisión de que el niño comience a dormir solo también debe tomarse en familia, estando de acuerdo todos los miembros implicados. Existen muchas formas de practicar el colecho y, a medida que esta práctica se alarga en el tiempo, la familia ha de ir adaptándose a las necesidades que van surgiendo.
Por ejemplo, cuando el bebé es pequeño, probablemente se disponga de suficiente espacio en la cama de los padres para los tres. Sin embargo, cuando el niño tiene 2 años, puede que el espacio comience a ser insuficiente y la familia tenga que plantearse comprar una cama más grande o adherir una cama supletoria.
¿El niño cuándo debe empezar a dormir solo?
No existe una edad concreta en la que los niños deban empezar a dormir solos. La respuesta correcta a esta pregunta sería: el niño debe empezar a dormir solo cuando esté preparado para ello.
El sueño es un proceso evolutivo y lo idóneo es esperar a que cada niño esté lo suficientemente maduro como para querer dormir solo, en su propia habitación. Por esta razón, debe respetarse el ritmo y las necesidades de cada niño.
El sueño es un proceso en el que están implicados diversos factores fisiológicos y psicológicos. Por ello, la evolución de cada niño en cuanto al sueño es diferente. Las características personales de cada niño influyen en su forma de dormir. Sin embargo, la observación empírica nos indica que todos los niños abandonan la cama de sus padres antes o después.
Cuando los niños comprenden que en casa no hay ningún peligro y que sus padres están en una habitación cercana y acudirán siempre que lo necesiten, suelen aceptar dormir solos. Motivados por sus padres, que elogian lo mayor que es ya y lo bonita que es su habitación, hacia los 3 ó 4 años de edad muchos niños dejan de dormir en la cama con sus padres. Algunos expertos afirman que es recomendable practicar el colecho hasta que el niño tenga 5 años de edad.
Lógicamente, al principio habrá que acompañarles hasta que se queden dormidos, contarles cuentos, cantarles… Generalmente, hacia los 7 u 8 años de edad, los niños comienzan a ser más autónomos en cuanto al sueño y pueden comenzar a prescindir de la compañía de sus padres para dormirse.
No obstante, no hay que olvidar que cada niño y cada familia tiene su propio ritmo y que las edades descritas son meramente orientativas.