La mayoría de los niños va al colegio en el mismo núcleo urbano donde reside. Los padres son los que acompañan a los niños hasta el colegio. La media de edad para ir al colegio sin compañía es a los 9,4 años. Los niños se sienten más seguros en los núcleos de población pequeños.
El 70% de los niños españoles va acompañado al colegio por sus padres hasta una media de edad de 9, 4 años. La razón principal para los padres es por motivos de seguridad ciudadana.
Además, en los núcleos grandes de población, como ocurre en las ciudades, los padres consideran insegura la entrada y salida del recinto escolar por el tráfico excesivo, los coches aparcados en doble fila y la falta de vigilancia policial.
Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio pionero Los niños, las ciudades y la seguridad vial: una visión a partir de la investigación, realizado por Attitudes, iniciativa social de Audi. El trabajo fue presentado en Madrid el martes 27 de octubre de 2009 durante la VIII Jornada de Reflexión «¡La calle también es mía! Los niños, las ciudades y la seguridad vial».
Un grupo de expertos, dirigido por Francisco Alonso, realizó 1.273 entrevistas a padres e hijos de edades comprendidas entre los 8 y 12 años para conocer sus conocimientos sobre seguridad vial a la hora de desplazarse hasta el colegio.
La realidad es que más de una cuarta parte de los padres españoles no sabe a qué edad dejar que sus hijos vayan solos al colegio, aunque la edad media para hacerlo se sitúa en los 12,6 años. Este hecho varía en función del núcleo de población, de la distancia desde el domicilio familiar hasta el centro escolar y en algunos casos, de la comodidad que este hecho supone para los padres.
Los resultados señalan que el 90% de los niños va al colegio en el mismo núcleo urbano donde reside. Sin embargo, los padres que viven en ciudades grandes se muestran más inseguros a la hora de dejar ir a sus hijos solos a la escuela, sobre todo, por razones de seguridad ciudadana y de seguridad vial. Por esta razón, los padres son los que suelen acompañar a los hijos hasta el centro escolar.
Los núcleos pequeños proporcionan confianza a los padres
Los expertos señalan que la dependencia de los padres entorpece el aprendizaje de la autonomía víal de los niños
En cambio, los padres que viven en localidades más pequeñas, menos de 20.000 habitantes, perciben estos municipios como un entorno más seguro para sus hijos. De forma que los niños se desplazan solos antes que los que viven en una gran ciudad. En este caso, la seguridad ciudadana, la seguridad vial y el poco tráfico existente son algunas de las razones que proporcionan más seguridad a estos padres.
Los niños también se sienten más seguros que los que viven en una gran ciudad. De hecho, el 69% de los niños consultados reconoce que conocer el pueblo y a la gente les proporciona tranquilidad. Sin embargo, un 13% de los niños no se siente seguro al caminar solo por la calle hasta el colegio y un 18% restante reconoce que a veces sí y otras no. Para que las localidades sean más seguras, el 43% de los niños españoles propone cambios relacionados con la seguridad vial (reducir el tráfico, más semáforos…)
Los niños que viven en pueblos juegan más en las calles
El estudio también señala que en municipios pequeños es más habitual que los niños jueguen en la calle, vayan en bicicleta o patinete y vayan a casa de sus abuelos en un entorno próximo a su domicilio familiar. En cambio, en los municipios grandes la actividad que más destaca de los niños es la de ir a actividades extraescolares.
En cuanto a los datos recogidos por Comunidades Autónomas, los niños madrileños son los que se desplazan hasta el colegio sin la compañía de un adulto a una edad mayor que el resto de niños de otras comunidades, a una edad media de 10, 4 años. En cambio, los más precoces son los gallegos, que lo hacen a una edad media de 8,2 años.
En general, los niños demuestran un amplio conocimiento de las normas y señales de seguridad vial. Los expertos aseguran que fomentar la capacidad de autonomía de los niños favorece su desarrollo psicomotor y psicosocial y fomenta la capacidad de aprendizaje de la autonomía víal.