Muchas mujeres que han tenido un parto por cesárea creen que sus siguientes partos tendrán que ser también por cesárea necesariamente. Sin embargo, esta creencia no se corresponde con la realidad. El parto vaginal después de una cesárea es posible y, en condiciones normales, recomendable. Si este es tu caso, infórmate antes de decidir si quieres intentar un parto vaginal o no.
Existe la creencia generalizada de que después de haber tenido un parto por cesárea ya no será posible un parto vaginal si se da a luz a otro hijo.
Esta idea no sólo es falsa, sino que además ofrece una información contraria a lo que es más saludable tanto para la madre como para el bebé. La realización de una cesárea en una mujer con una cesárea previa provoca un incremento de la morbilidad y mortalidad materna y un elevado coste para el sistema sanitario.
Es muy importante que la mujer se informe durante las consultas prenatales, antes de la semana 36, sobre los riesgos y beneficios del parto vaginal después de una cesárea previa, así como sobre los riesgos y beneficios de practicar una nueva cesárea.
Por norma general, si no existen contraindicaciones para el parto vaginal, es razonable que se intente esta vía en las mujeres con una cesárea previa.
La tasa de éxito del parto vaginal después de una cesárea es del 72-76%. Si ya hubo un parto vaginal previo después de la cesárea, la tasa de éxito asciende al 87-90%.
Los factores que podrían disminuir los partos vaginales después de una cesárea son:
- Que la cesárea anterior hubiera sido por distocia (problemas de tipo dinámico o mecánico en el parto).
- No utilizar epidural.
- Tener un parto pretérmino previo por cesárea.
- Haber transcurrido menos de 18 meses entre la cesárea y el siguiente parto.
Existen diferentes tipos de incisiones cuando se practica una cesárea. Las más comunes son las incisiones longitudinales (corte vertical realizado en la línea media) y las incisiones transversales (incisión horizontal justo por encima del borde de la vejiga), conocida como segmentaria transversa.
Antes del parto, se debe consultar al médico sobre el tipo de incisión hecha en la cesárea previa. Si la incisión fue segmentaria transversa, el riesgo de rotura del útero disminuye. Este tipo de incisión produce un menor número de complicaciones.
La mayoría de las incisiones son transversales bajas (92%). Si en nuestro anterior parto nos han practicado una incisión transversal, debe realizarse una prueba de parto por vía vaginal.
El parto vaginal tras una cesárea debe realizarse en un centro en el que pudiera realizarse una cesárea de urgencia, donde estén disponibles obstetra, anestesista, pediatra y personal de quirófano.
La analgesia epidural no está contraindicada en el parto vaginal de una mujer que tuvo una cesárea previa. Es más, parece que la epidural aumenta la probabilidad de éxito del parto vaginal tras una cesárea.