La expulsión constituye la segunda fase del parto. Las contracciones son ahora menos frecuentes y la mujer siente deseos de empujar. En esta fase, el especialista suele practicar la episiotomía, una pequeña incisión en la zona del periné que permite que el feto salga sin desgarrar los tejidos de la madre. Al finalizar el expulsivo, el médico coloca al bebé encima de su madre.
Una vez que la dilatación ha terminado, la mujer comienza a empujar durante las contracciones, cuya frecuencia se ha reducido. Si no se le ha administrado anestesia epidural, la mujer sentirá unos enormes deseos de empujar debido a la presión que ejerce la cabeza del bebé sobre la pelvis.
Este periodo puede durar un par de horas, durante las cuales el feto va pasando, primero por la pelvis y después por el canal del parto, hasta que asoma la cabeza al exterior. Se dice entonces que la cabeza del bebé ha coronado.
Es entonces cuando el médico suele practicar la episiotomía, una pequeña incisión en la zona del periné, entre el recto y la vagina, que permite que el feto salga sin producir desgarros en el organismo de la madre. La incisión puede ser media o central, es decir, desde el final de la vagina hasta cerca del ano. Lo más habitual es que el asistente al parto, el médico o la matrona, opte por una episiotomía medio lateral de 2 ó 3 centímetros desde la vulva hacia un lado u otro del periné.
Momentos antes de la expulsión del feto, se produce un abultamiento de la zona del ano y del periné. Es la cabeza del bebé que está a punto de coronar. Para evitar una distensión excesiva que pueda desgarrar los tejidos de esa zona, el médico debe proteger activamente el ángulo extremo inferior de la episiotomía, generalmente con una mano.
La cabeza del niño suele mirar hacia el suelo, aunque gira casi de inmediato para permitir la salida del resto del cuerpo. En ese momento el médico o la comadrona limpian la nariz y la boca del bebé para despejar líquido que pudiera tener.
Normalmente con la siguiente contracción salen los hombros del niño y el resto del cuerpo. A continuación se pinza el cordón umbilical en dos puntos y se corta en medio de ambos. El recién nacido ya puede respirar por sí mismo. El médico coloca al bebé encima de la madre.