La adherencia de los labios menores de la vagina o coalescencia es una alteración bastante frecuente. No suele detectarse antes de los tres meses de vida. Esta anomalía, en general desaparece espontaneamente antes de la pubertad. Si no es así, el pediatra recomendará aplicar algún tratamiento. Se pueden realizar exploraciones periódicas de la zona genital de las niñas para asegurarse de que todo va bien.
La presencia de adherencias entre los labios menores de la vagina en niñas es una anomalía frecuente de los genitales externos femeninos.
Al apartar los labios mayores de la niña, la vulva parece plana, los labios menores se han fundido y no se ve el orificio vaginal. A veces, la fusión no es total, queda una pequeña abertura y parece haber una membrana fina uniendo los labios.
Nunca se ve en los bebés recién nacidos y siempre desaparece en la pubertad. Esta anomalía suele detectarse por primera vez antes del año, alrededor del tercer mes de vida del bebé. Otras veces no se descubre hasta más adelante. Casi siempre es un hallazgo casual, en una exploración de rutina.
La adherencia de los labios menores también se conoce como coalescencia, coaptación o sinequia de los labios menores
Recordemos que esta pequeña anomalía siempre desaparece espontáneamente antes de la pubertad, en general mucho antes.
El tratamiento puede ser necesario en caso de que la niña tenga infecciones locales frecuentes, cosa poco habitual. Existe dos tipos de tratamientos:
1. Una alternativa es aplicar unos días antes una crema con estrógenos que ablande la adherencia. La mayoría de las veces el motivo del tratamiento es la inquietud de los padres o del propio médico.
2. Cuando la adherencia es débil, puede liberarse en la primera consulta mediante tracción o separándolas con un suave estilete. Esta maniobra suele ser dolorosa; la zona de adherencia queda al desnudo y es frágil, sensible y puede sangrar discretamente. Esta opción puede facilitar una recidiva, es decir, una reaparición.