En torno a los 8 meses de vida, el bebé comienza desarrollar y consolidar importantes habilidades evolutivas que le van a permitir experimentar y aprender en una intensidad mayor que en etapas anteriores. Todo esto le provocará cambios emocionales y comportamentales.
En torno a los 8 meses de edad, los bebés experimentan intensos cambios en los diferentes ámbitos de su desarrollo evolutivo. Conocerlos es fundamental para poder comprender, con empatía, las necesidades afectivas de los bebés de esta edad.
En cuanto a la psicomotricidad, muchos niños de 8-9 meses comienzan a deambular de manera independiente (gateo). Esto es un hito evolutivo importantísimo en el desarrollo del bebé, pues le permite innumerables posibilidades de exploración de su entorno. Esta experimentación también le permitirá desarrollarse y aprender.
Por ejemplo, esta capacidad de deambulación independiente permite al niño alejarse y volver acercarse a otras personas de manera voluntaria. Esto es importantísimo, ya que posibilita al niño determinar la cercanía física con su madre, gestionar por sí mismo el grado de contacto que requiere y pasar a la acción para obtenerlo.
Referente al desarrollo cognitivo, hacia los 8 meses, el bebé puede establecer relaciones causales y realizar acciones con un objetivo orientado a aspectos sensoriales y motores. Igualmente, se va consolidando la noción de conservación y de permanencia del objeto (mantener la conciencia de la existencia del objeto a pesar de que éste ya no esté al alcance de la vista del niño).
A partir de los 8 meses el bebé empieza a tener conciencia de sí mismo
Los bebés desde que nacen están en un estado de fusión emocional con su madre. Esto se debe a la gran dependencia y absoluta necesidad de los cuidados que los adultos les ofrecen.
En relación con el ámbito afectivo, alrededor de los 8-9 meses, los bebés empiezan ser capaces de autorreconocerse. Esto nos indica que es alrededor de esa edad cuando comienza el proceso de adquisición de conciencia de la propia identidad del niño, que se consolida entorno a la edad de dos años.
Todos estos cambios e importantes adquisiciones de nuevas capacidades hacen que la edad de 8 meses marque el comienzo de una etapa en la vida del bebé en la que éste requiere una intensa disponibilidad emocional por parte de sus padres.
La empatía y el acompañamiento afectivo por parte del adulto es crucial para el buen desarrollo del bebé en todas las etapas, y ésta que comienza no es una excepción.