A lo largo del embarazo, y especialmente al final del mismo, es común que la mujer sufra palpitaciones o latidos irregulares. Las taquicardias en la embarazada suelen deberse al aumento del volumen de su sangre y no comportan ningún riesgo para su salud o la del bebé. Cuando te ocurra, respira hondo y procura no agobiarte. Consulta con tu médico para descartar una anemia.
A medida que avanza la gestación, aumenta el volumen de la sangre en el cuerpo de la mujer y su corazón tiene que hacer un mayor esfuerzo. Esta es la principal causa de la taquicardia en el embarazo.
En general, estos latidos irregulares, también conocidos como palpitaciones, no tienen mayor trascendencia y desaparecen tras el nacimiento del bebé. No es conveniente angustiarse cuando aparezcan. Si sufres taquicardias, lo mejor es que repires profundamente. Eso te ayudará a relajarte y a ralentizar tu ritmo cardíaco.
En contadas ocasiones las taquicardias y palpitaciones tienen que ver con alguna anomalía como la anemia o pueden derivar en arritmias. Por eso, cuando se presenten palpitaciones o taquicardias recurrentes, hay que comunicárselo al médico para que determine su origen real.