El tratamiento cuando un bebé rechaza el pecho se basará principalmente en la causa que lo ha provocado. Además, la actitud de la madre ante esta situación es fundamental para dar con la solución. La calma, la reflexión y la comprensión son cualidades esenciales para el buen desarrollo de la lactancia.
En ocasiones, al principio de la lactancia o en alguna fase de la misma, se produce un rechazo al pecho por parte del bebé.
La madre comienza a observar que su bebé no quiere mamar y, generalmente, se alarma.
En estos casos, es fundamental pararse a analizar qué es lo que puede estar provocando el rechazo para poder resolverlo. Que el niño tenga dolor o esté enfermo, que haya un problema en la técnica de amamantamiento o que se haya producido algún cambio molesto en la vida familiar son algunas de las causas.
Una vez detectada la causa, la madre dará fácilmente con la solución. Por ejemplo, si se debe a que al bebé le duele la garganta al tragar, habrá que curar la irritación de lactancia para resolver, a su vez, el rechazo al pecho.
No obstante, la actitud materna es fundamental para resolver el problema de rechazo al pecho.
- ¿Qué actitud debe adoptarse si el bebé rechaza el pecho?
La actitud que debe adoptar la madre ante el rechazo tendrá mucho que ver con la solución del problema. Por ello, es muy importante que tenga una actitud adecuada.
- En primer lugar, la madre ha de adoptar una actitud reflexiva, que le permita descubrir la causa del rechazo. Éste es el primer paso para ponerle solución al problema.
- En segundo lugar, es muy importante que la madre descarte que el niño mama menos porque esté saciado (que es lo más común) y no porque rechace el pecho.
- Es esencial que la madre se muestre tranquila, paciente y comprensiva con el bebé. Debe fomentar mucho el contacto físico con el niño y demostrar mucho cariño.
- Deben probarse diversas posiciones de amamantamiento para encontrar en la que el bebé se sienta más cómodo. Por ejemplo, cuando están congestionados por mucosidad suelen mamar mejor en una posición en la que estén más incorporados.
- Debe ofrecerse el pecho frecuentemente, pero nunca tratar de obligarle.
- Una opción puede ser que la madre se saque leche y se la ofrezca al bebé con una cuchara o en vaso y seguir ofreciendo el pecho.
- Nunca debe intentar dejarle que pase hambre para que luego mame. Un niño que tiene hambre mamará peor que lo hacía.
- El contacto piel con piel suele favorecer el amamantamiento. Si la madre se tumba con su bebé encima (en contacto piel con piel) y le deja a éste que haga lo que quiera, es probable que éste mame espontáneamente.