El bebé, que nació prematuro, falleció a causa de una embolia al haberse producido un «grave error» a la hora de administrarle su alimentación. Una enfermera, que sólo llevaba un día en la unidad de neonatología del hospital madrileño Gregorio Marañón, le administró un preparado similar a la leche por vía intravenosa, en lugar de hacerlo por sonda nasogástrica. Los responsables del hospital asumen toda la responsabilidad y en estos momentos han abierto una investigación interna para aclarar lo sucedido.
La pasada semana todos los medios de comunicación se hacían eco de una trágica noticia: el hijo de Dalilah, primera víctima mortal de gripe A, había muerto por un gravísimo error médico en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Su nombre era Rayan. Nació por cesárea antes de lo previsto, a las 28 semanas de gestación, cuando su madre se encontraba en coma a causa de una neumonía relacionada con el contagio de la gripe A.
Los prematuros son bebés frágiles debido a la inmadurez de sus órganos y sistemas, todavía poco desarrollados. Sin embargo, Rayan, que al nacer no se había infectado del virus H1N1, evolucionaba favorablemente. En el tiempo que permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), los médicos habían sometido al pequeño a un tratamiento de hidratación para eliminar los restos de los fármacos que habían suministrado a la madre en la recta final de su embarazo.
Pese a los esfuerzos, el domingo 12 de julio de 2009 a las 21.00 horas una de las enfermeras de la UCI del Hospital Gregorio Marañón cometió un fatal error y suministró de forma errónea la alimentación al bebé. En lugar de introducir el preparado alimenticio por vía enteral (nasogástrica), lo hizo por vía parenteral (intravenosa). Era su primer día en la unidad de cuidados intensivos de neonatología y se había ofrecido a realizar esta tarea cuando se produjo una urgencia en su planta.
Al hilo de lo sucedido, el hospital asumió que se había producido un grave error. «El Gregorio Marañón asume toda la responsabilidad humana, profesional y patrimonial», señaló en rueda de prensa, Antonio Barba Ruíz, gerente del hospital. En estos momentos se ha abierto una investigación interna para aclarar lo sucedido.
El padre de la criatura, Mohamed Minoumi, ya había denunciado que la muerte de su pareja también se había producido por una negligencia médica. Dalilah ingresó tres veces en urgencias a causa de fuertes dolores abdominales, que los médicos atribuyeron a su avanzado estado de gestación. «En ninguna de las ocasiones se le hicieron suficientes pruebas para detectar el virus H1N1», según declaraciones de Minoumi. Más tarde, los médicos le diagnosticaron una neumonía, que se había agravado a causa del asma. Hecho que Mohamed negó.