El método Leboyer surge a mediados de los años 70. El núcleo de la propuesta de Leboyer consiste en controlar el parto de modo que el paso del vientre materno al exterior sea lo menos traumático posible para el feto. Si bien este método no se ha implantado al pie de la letra, en los hospitales el personal es cada vez más cuidadoso con aspectos del parto que antes se consideraban triviales.
El parto sin violencia o método Leboyer busca, sobre todo, que el bebé nazca en un ambiente agradable de forma que el paso del vientre materno al exterior sea lo menos traumático posible.
Por eso, este obstetra francés propuso a mediados de los años 70 que las salas de parto tuvieran luces tenues y música suave, así como que el bebé recibiera al nacer un baño de agua caliente.
En la práctica, los hospitales no tienen en cuenta estas tres propuestas pero sí otras que defendió Leboyer y que se han ido estableciendo poco a poco entre la comunidad médica mundial.
Así, en la actualidad son pocos los lugares donde al recién nacido se le coloca boca abajo y se le da un azote para que suelte su primer llanto. Tal como propuso Leboyer, ahora es frecuente que se utilicen métodos menos violentos cuando el recién nacido tarda en respirar por sí solo.
En muchos hospitales ya no se corta el cordón umbilical de forma inmediata y, cada vez más, se sigue el método Leboyer de dejar durante un rato al recién nacido y a su madre unidos por ese nexo.
También es cada vez más frecuente colocar al bebé encima de la madre después del parto. Antes, lo normal era que la parturienta no cogiera en sus brazos a su hijo hasta después de que el médico le hubiera examinado y las enfermeras lo hubieran limpiado.