La comunidad científica no deja de investigar sobre las vacunas para conseguir avances que posibiliten la prevención de más enfermedades o la mejora de las que ya se conocen. Del mismo modo, se está investigando para minimizar los efectos secundarios de las vacunas actuales. Así, se pretende que las vacunas del futuro sean más eficaces, prevengan más enfermedades y tengan menos efectos secundarios.
Los científicos trabajan en la elaboración de nuevas vacunas y tratan de perfeccionar las que ya existen.
Algunos de los objetivos en el campo de las vacunas son:
- Desarrollar vacunas eficaces frente a otras enfermedades graves como el SIDA y frente a otras no tan graves, pero que tienen repercusiones graves en la salud, como los rotavirus, responsables de muchas diarreas en niños y bebés o el Helicobacter pylori que al parecer juega un papel importante en la úlcera de estómago de los adultos y en los dolores abdominales de algunos niños.
- Conseguir que las vacunas estén libres de efectos secundarios.
- Poder agrupar las vacunas de forma que con una sola inyección, se pueda inmunizar frente a muchas enfermedades
- Lograr métodos que permitan administrar las vacunas sin necesidad de pinchazos, por ejemplo, inhalarlas o tomarlas por la boca.